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La mañana de ayer en varias partes de la ciudad se vivió un caos generalizado respaldado por una cantidad de policías vestidos como si fueran a enfrentar al IRA o estuvieran comisionados al frente de guerra en Siria. Helicópteros volando repetidas ocasiones cruzaban de sur a norte y de norte a sur los cielos de la Angelópolis. Hasta parecía que se filmaba una película en la sede las Naciones Unidas.
Los ciudadanos normales se vieron impedidos no sólo de dar vuelta a la izquierda en donde ahora pasa el Metrobus, también de cruzar las calles del centro al rededor del Congreso del Estado donde el gobernador asistió horas después a entregar su informe y recibir las alabanzas de ley, incluso del partido en el poder presidencial, el PRI.
Congestionamiento en una buena parte de la ciudad, sobre todo donde hay actividad comercial, financiera y educativa, Angelópois convertido en estacionamiento de helicópteros de los notables.
Aplausos inducidos en favor de la maestra Elba Esther Gordillo, funcionarios e invitados vistos en calidad de "sardinas" dentro de los vehículos, y el gran escenario, al estilo Luis Miguel, donde el gobernador lució y relució y mandó mensajes como pitcher con bola ensalivada "no intervendré en las elecciones", dijo, ¿alguien le cree?
¿O es que alguien entendió de qué se presume? ¿De no pedir dinero prestado? ¿De calidad de vida? ¿De cuellos de botella arcaicos, de ciudades medievales en medio del desarrollo económico más moderno de la ciudad?
Ayer los ricos lloraron por tanto tráfico, los pobres llegaron tarde a sus trabajos, los policías lucieron sus vehículos y uniformes nuevos, los diputados se pusieron de alfombra y el resto de los ciudadanos pretendió cobrar la quincena.
En fin, bien decía el abuelo "para ser, hay que parecer" y el gobernador lo puso de manifiesto. Los bloqueos, cierres, inauguraciones improvisadas, acarreo de gente y menosprecio al pueblo dejaron ver claramente el ánimo, el perfil de un político que quiere trascender a los escenarios nacionales y ayer vimos una pequeña prueba de lo que el poder y el dinero pueden hacer para callar conciencias y mover a las masas.
Mientras tanto, Ardelio Vargas terminó con una pesadilla de casi dos años. Y Alejandro Cañedo Priesca recibió cientos de felicitaciones, pues el gobernador anunció que la Ciudad de Puebla alcanzó el primer lugar en ocupación hotelera y preferencia de turistas. ¡Enhorabuena!
jesusmanuelh@mexico.com