El dios azteca de la guerra, Huitzilopochtli está de plácemes por lo que se viene y lo que ya está sucediendo. Pareciera que es su turno para entrar “en acción”. Si este nombre no le suena bien, puede decir: los demonios andan sueltos, sería una verdad absoluta.
El refrán que dice: “En la mucha necesidad se conoce al amigo de verdad” está siendo puesto a prueba, pues en nuestro país ya se manifestó entre los mismos políticos y los empresarios quién es amigo y quién no. Ante la tragedia, los principales protagonistas “Huitzilopochtli” ya hicieron su aparición: egoísmo, mezquindad, avaricia, oportunismo, venganza, rebeldía, odio, abuso, vanidad y soberbia, entre otros. En la clase gobernante pelándose y descalificándose, en los grupos empresariales, boicoteándose.
Estos mismos protagonistas, también se hicieron notar entre naciones, los últimos escándalos entre Italia, Francia, España y Estados Unidos fueron más que vergonzosos cuando se desconoció al “país amigo”, cuando se arrebataron y pelearon como pandilleros por los equipos médicos.
Qué oportuno que los Juegos Olímpicos que estaban por realizarse en Tokio se hayan pospuesto; de realizarse este año, hubiera sido el evento más hipócrita de este siglo, ¿cuál concordia y cuál armonía? En lugar de antorcha habría sido una gran hoguera olímpica.
Enfocándonos en la industria, algunos países se han quejado de que un gran porcentaje de los productos médicos recibidos (comprados o donados) salieron con defectos. La gran mayoría de las empresas que fabrican productos médicos, deben estar alineadas a la norma ISO 13485, con lo cual se espera consistencia en la calidad de los productos fabricados.
Aún con todo, un porcentaje mínimo de defectos es estimado bajo condiciones normales de producción. Sin embargo, como se mencionó en la primera emisión de esta columna, ante circunstancias de presión por las entregas, los sistemas de calidad están siendo retados para no sacrificar la calidad por la cantidad. Cada empresa deberá mostrar esta fortaleza.
Aunque sin duda nos hemos decepcionado del comportamiento de algunos países y empresas, también en esta crisis de enfermedad y economía se ha manifestado lo mejor de algunas personas, empresas y políticos (aunque pocos), tales como: bondad, solidaridad, apoyo, comprensión, amistad, amor, abnegación, humildad y entrega. Esto también debe resaltarse y no olvidarse nunca.
Consecuentemente no les he hablado a ustedes como Excelencia sino como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera pero que, sin embargo, cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la tierra, el anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libre, el anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena voluntad y la concordia. Y qué fácil sería, señores, lograr ese mundo mejor en que todos los hombres blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir como hermanos. Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: ‘Amaos... amaos los unos a los otros’, pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que han hecho?, ¿qué es lo que hacen?: ‘Armaos los unos contra los otros’. He dicho…”, fragmento del discurso de Mario Moreno, Cantinflas, en la película Su Excelencia de 1967.
El Diálogo de hoy: entre embajadores
E1.- Señor ministro, ¿llegó a tiempo la ayuda de equipo médico que le enviamos a su país?
E2.- Gracias por la ayuda su excelencia, sólo llego un avión con la carga; los otros dos aviones fueron decomisados con trampas legaloides por nuestro supuesto aliado en Europa mientras cargaban combustible.
E1.- ¡Que abusivos! ¿Van a tomar duras represalias?
E2.- No su excelencia. Sin embargo, acabamos de decomisar tres toneladas de papel de baño que ya estaban por salir hacia ellos, pues sus fábricas están en mi país. Les pedimos amablemente que era momento de sentarse y negociar.
E1.- ¡Viva la diplomacia!