19 de Abril del 2024

El estornudo del dragón rojo

Por Cesar Rios Hernández / /
Desde hace muchos años, los analistas económicos decían en forma de analogía, que “cuando Estados Unidos estornudaba a México le daba pulmonía”. Esa frase popular tenía cierta validez hasta el año 2000. Antes de ese año, la economía del país estaba más ligada a los vecinos del norte y aún tenemos mucha dependencia, pero ya no tan fuerte. Sin embargo, Estados Unidos y los países de Europa si han ligado mucho sus industrias con China, lo que ha provocado una muy fuerte dependencia, a tal grado que ahora sí “el estornudo del dragón chino” (estornudo biológico y económico) nos ha pegado a todos. En su recuperación, el dragón ya empieza a sacudir la cabeza después de su gran estornudo, lo cual logró incomodarlo solo un poco, no así al resto del mundo, donde ya se sufre de pulmonía sanitaria y económica.

La gran mayoría de los países están luchando contra la pandemia, pero los gobernantes y los líderes industriales están en un gran dilema, porque saben que lo correcto para la población es no moverse, para contener la enfermedad, sin embargo, no es posible hacerlo por mucho tiempo. Además, no todos los países tienen la capacidad financiera para aguantar tanto tiempo en pausa, pues sus economías quedarían destrozadas.

En México no solo es el temor financiero, los representantes empresariales y de gobierno saben que lo que sigue es un caos, pues casi la mitad de la población vive al día y como ya se ha dicho últimamente, si no mueren por el virus morirán de hambre, y querrán hacer un saqueo masivo.

En el ámbito internacional y sabiendo que la salud es prioridad para todos. Estados Unidos ya está sintiendo el agua hasta el cuello y está pidiendo (junto con Inglaterra) que “ya volvamos a la normalidad”, como si fuera un problema simple. El más reciente ejemplo de desesperación ha sido el de pedir a la industria automotriz que fabriquen los ventiladores respiratorios (para pacientes graves con COVID-19). Este requerimiento se debe a que la industria médica no tiene tanta capacidad para hacer miles de estos aparatos en un tiempo tan corto, y la industria automotriz si puede hacerlos (aunque con mucha dificultad). Además, lo que los empresarios automotrices temen, es quedarse con un inventario gigantesco (otro elefante blanco a la vista) que no podrán vender una vez pasada la contingencia, pues cada uno de estos equipos tiene un precio aproximado de 25 mil dólares (los más sencillos) y no saben si el gobierno pedirá algunos “fiados” y los hospitales privados también, además de las deudas.

Si usted pensaba que el pánico sólo lo está viviendo el ciudadano común (por lo del virus), ahora imagine como están los empresarios, no solo los automotrices, sino también los empresarios de otros ramos aquí en México, como el hotelero, restaurantero y los de los grandes almacenes, ellos llevan varios días sin dormir y con problemas estomacales que podrían dejarlos deshidratados.

Con todo el efecto “del estornudo del dragón” que estamos viviendo, China ha tenido varios gestos humanitarios, apoyando a varios países (incluyendo el nuestro) con estos equipos y otros accesorios, ganándose el afecto de la gente. Por cierto, Rusia también ha ayudado mucho, así que ya se imaginará la gran tensión del presidente Trump, que ahora lo están mirando como el gran egoísta del mundo, pues amenazó con nacionalizar a ciertas empresas médicas (las que fabrican estos ventiladores respiratorios), para primero “ayudar a su gente”, adicionalmente, ya se supo que quiso dar un cañonazo económico de mil millones de dólares a los científicos de una empresa alemana, por la patente de una vacuna contra el COVID-19.

Con todo esto, pocos pueden visualizar que estamos en una gran transición político-económica; países como Italia y España difícilmente podrán recuperarse de esta crisis. Los grandes tiburones financieros como el FMI y el Banco Mundial (BM) ya mostraron “su solidaridad” para dar créditos frescos a los países que lo requieran –peores que un agiotista–, aunque al final estos países podrían quedarse sin sus recursos y con cero soberanías.

El Diálogo de hoy: entre pepenadores

–Ayer me enteré por las noticias, que los empresarios están en un plan de austeridad, ¿tú ya tienes un plan?
–Sí, hoy decidí no comer, mañana tal vez.

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