Cuando estamos laborando en alguna organización –ya sea privada o de gobierno–, es muy común que en ocasiones surjan diferencias y aun fricciones con otras personas, ya sea en lo individual o por áreas departamentales. Sin duda esto no es ninguna sorpresa para nadie, pues ha habido personas que resuelven “sus diferencias” en forma primitiva, no es necesario dar detalles morbosos sobre este tipo de soluciones.
Sin embargo, la situación se pone riesgosa para la organización cuando dichas fricciones o venganzas se manejan usando mecanismos administrativos (del sistema de calidad), con la única finalidad de perjudicar, sabotear el trabajo de alguien más o para beneficiarse abusivamente, en detrimento de la empresa o de alguna dependencia de gobierno.
En los últimos años han salido a la luz muchos abusos de altos funcionarios de gobierno que utilizan “su administración” para perjudicar a un contrincante o simplemente para desacreditarlo. Se vuelven “legaloides” y declaran: no es nada personal, solo se aplicó la ley. Esto tendría sentido si siempre se aplicara dicha ley o reglamento en forma consistente con el ciudadano común, pero cuando se comprueba que se aplicó la ley en forma discrecional, es cuando surgen las suspicacias. Pero no todo termina ahí, porque cada “golpe” del gobernante se hace con el dinero de nuestros impuestos; además, si este tiene que utilizar a otras dependencias lo hará, ocasionando que se tire más y más dinero (al fin y al cabo, no es su dinero). Con estas situaciones, se revive un refrán adjudicado a Benito Juárez: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, justicia a secas.” No hay partido político que no haya usado esta “máxima” en su lucha por la democracia. ¡Qué miserables!
Igual o peor sucede dentro de una empresa, cuando algún gerente o alto directivo busca revanchismos utilizando los procedimientos del sistema con los mismos fines, pero aquí la diferencia es que el dinero utilizado para estos “golpes”, es del dueño o de los accionistas que han invertido en dicha empresa. Si alguno de ellos es descubierto haciendo estas cosas (aunque pocas veces los detectan), es inmediatamente despedido. Sin embargo, cuando un gobernante o alto funcionario es exhibido con estas triquiñuelas, solo es reprendido y en otras ocasiones es elogiado como zorro astuto o gran operador político. Hasta este punto, uno pensaría que vivimos en un mundo al revés, pero en México todo es posible.
En nuestro país contamos con instituciones precisamente para evitar actos discrecionales, así como también las empresas cuentan con lineamientos y procedimientos para tomar decisiones consistentes, pero ningún sistema es perfecto y lamentablemente nunca faltará el abusivo que dará cachetadas a la organización, pero con guante negro.
Recomiendo al lector un libro muy útil para entender mejor estos aspectos: Como destruir una empresa en 12 meses o antes, de Luis Castañeda.
El Diálogo de hoy: mensajes de correo electrónico
Auditor líder: Jefe, hemos concluido la auditoria de calidad al proveedor de componentes. Siguiendo sus instrucciones fuimos muy estrictos aplicando cero tolerancias. Encontramos 3 no-conformancias mayores y 2 menores, lo que ubica al proveedor en la categoría de “no aprobado”. Tendremos que usar el proveedor alterno, pero es un poco más caro.
Director: Ante todo, lo más importante es la calidad del producto. Gracias por su eficacia espero su reporte formal.
Tres días después / llamada telefónica del Director: Compadre, tu competencia nos falló. Ahora tendremos que comprar material de tu empresa, puedes agregar un porcentaje extra a la cotización, no hay problema. No te apresures en tu agradecimiento, no dudo que será generoso.