Crónicas del Elefante Blanco – Conversación sobre Hipocondriacos Industriales
En estas últimas semanas es casi imposible no hablar de la aparición del Coronavirus, se habla del tema en todos los medios de comunicación, manteniéndonos casi al borde la paranoia, listos para ponernos la máxima protección posible… si tuviéramos los recursos, andaríamos con trajes de astronauta por las calles.
En las noticias también se nos dice que ciertas industrias han sido afectadas por esta situación, sobre todo la automotriz y la electrónica, pero otro tipo de industrias se han mantenido silenciosas, para no escandalizar por el aumento en sus ganancias, por la aparición del Coronavirus.
Si al leer esto último ya pasó por su mente en señalar a la “malvada” industria farmacéutica como la única beneficiada de esta enfermedad, permítame decirle que está en un error. Desde hace varias décadas, algunos economistas han mencionado “las fórmulas” que los países desarrollados usan para salir de una gran crisis: las guerras y las enfermedades (pandemias), cualquiera de las dos ayuda grandemente a reactivar la economía de un país. Esto es cíclico y está comprobado, ¿recuerda el A-H1N1 en 2010?
Tal vez se pregunte: ¿cómo una pandemia puede ayudar a reactivar una economía?, pues en apariencia sólo la industria farmacéutica obtiene los beneficios. Le invito entonces a hacer un sencillo ejercicio. El medicamento por sí solo no puede ayudar a nadie, requiere frascos y ampolletas para su manejo (la industria del vidrio); millones de jeringas y agujas (industria de los plásticos y metalurgia); empaque e identificación (industria del cartón); guantes, accesorios de protección, medición y tratamiento (industria médica); traslados y almacenaje (industria del transporte). Habría que agregar, que los plásticos se obtienen de derivados del petróleo, y que la gasolina esta embebida en toda esta gigantesca cadena industrial. Sin duda, ahora podrá apreciar mejor de cómo esta situación, puede mover la economía de cualquier país, hasta salir “del barranco” en donde ha caído.
Desde hace varias semanas, todas estas industrias han tenido que incrementar sus capacidades de producción, momento crítico de evaluación en sus sistemas de calidad, para no sacrificar la confiabilidad de sus productos al cubrir las necesidades del mercado.
No podía faltar en esta cadena, los gobiernos de cada país, pues ahora sus presupuestos en materia de salud deben modificarse para atenuar la amenaza real o exagerada de este virus, realizando gigantescas compras con dinero de los contribuyentes.
Si usted tiene amistades o familiares trabajando en la industria farmacéutica o médica, no los vea como malvados oportunistas, ni tampoco a los gerentes de estas empresas, ellos no andaban en China en actividades “sospechosistas”.
El Diálogo de hoy: – Realizando una llamada desde la fábrica –
Empleado: Amor, esta tarde no me será posible llevarte a pasear, ¡tengo que trabajar horas extras!
Esposa: ¿Por qué? Es muy raro que te pidan tiempo extra en tu fábrica.
Empleado: Llegaron varios pedidos urgentes para enviar a los clientes por lo del Coronavirus, me dijeron. Sólo serán unos días, pues con tanto trabajo van a abrir otro turno y contratarán más personal. Dile al zángano de tu hermano que ya no habrá excusas para no trabajar.
Esposa: Bueno, está bien, al menos alguien salió beneficiado con esto del coronavirus.