Sunday, 16 de June de 2024

Por Soleares

Martes, 22 Enero 2013 20:50

La estrategia y el descarte

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Para el inquilino de Casa Puebla hay un proyecto más importante que ninguna otra acción para este año. Por encima del Teleférico que unirá Los Fuertes con Zona Dorada e incluso podría llegar a Valsequillo; más que la instalación de la Rueda de la Fortuna en el Paseo Bravo, incluso sobre la designación del candidato en alianza para suceder a Eduardo Rivera, está la integración del Congreso del Estado.

La estrategia se ha venido madurando, la ciudad es negociable pero el Poder Legislativo no; de su control dependerá la autoriización de las cuentas públicas de los siguientes años y forjar al nuevo grupo político que controle la entidad, un asunto que debiera preocupar no sólo a los priístas, sino a la sociedad en pleno, pues desde tiempos de Maximino Ávila Camacho no se ha intentanto nada igual.

La última experiencia la vivimos los poblanos cuando el abuelo o sus seguidores se dedicó a financiar a la oposición de los grupos que le quitaron del poder. Líderes estudiantiles, entonces no llamados porros, intelectuales, entonces reconocidos como liberales, políticos tradicionales, como el desaparecido Gonzalo Bautista O'farrill, y algunos profesionales de la medicina fueron parte del grupo que intentó siempre recuperar el control, y para ello hubo dinero y opereración política. ¿O es que acaso los poblanos hemos olvidado que los candidatos a gobernador debían pasar por los desayunos o comidas de "Gonzalito" en La Calera? ¿Y que el último eslabón de donde viene lanueva camada, fue Melquiades Morales Flores?

Pocos lo recordarán, pero fue en el comedor privado de Bodegas Terry fuera de tiempos electorales, donde Gonzalito le dio el apoyo a Melquíades en una comida con empresarios, de derecha unos y oficiosos otros, declarándole la guerra a la sucesión bajo la óptica de Manuel Bartlett.

Casa Puebla tiene los ojos puestos en el Congreso como prioridad "sine qua non" para permanecer en el poder transexenal. No se trata de hacer del PAN el partido hegemónico, por el contrario, el objetivo es tomar el Congreso desde diversos vectores con siglas incompatibles, como cuando se formó Compromiso por Puebla, primera gran experiencia.

Así pues Fernando Manzanilla dejará el cargo cuando los tiempos lo demanden y buscará por el PAN y aliados alguna diputación por distrito conurbado, tal vez Cholula, y alzándose con el triunfo, ejercerá el poder como líder del Congreso, si es que las cosas se dan como se planean: obtener mayoría.

En la operación participarán también Patricia Leal Islas, Jorge Aguilar Chedraui, José Cabalán Macarí, Pablo Rodríguez Regordosa, e incluso se busca cómo meter a Roberto Juan Moya Clemente y Ángel Trawitz. Algunos serán plurinominales, otros buscarán el voto.

La estrategia contempla, una vez conseguido el triunfo, dejar a los propietarios tomar posesión y desempeñarse un corto tiempo en el cargo, pedir licencia y darle entrada a los suplentes que serán pastoreados por el líder. Los propietarios terminarán la función en el gabinete y luego volverán como legisladores para responder a Moreno Valle en el tema de las cuentas públicas de los siguientes meses.

Moreno Valle apuesta a todo o nada, salvo la Presidencia Municipal de Puebla, un asunto totalmente en la mesa de las negociaciones. Y aquí el PRI tendrá que mostrar las primeras cartas. ¿Peña Nieto meterá las manos? ¿Y si lo hace será en favor de algún político incondicional y con la venia del gobernador, o la jugará en contra sin importar los deseos de Moreno Valle?

Agüera y Dóger son las principales cartas del priísmo, al primero le apuestan los marinistas, al segundo los melquiadistas. ¿Qué carta jugará el gobernador, acaso la misma que Peña Nieto?

jesusmanuelh@mexico.com