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INICIATIVAS
Buscando la equidad de género, Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa en la que se regula un 50 % de candidaturas condicionadas al sexo, no a su práctica, sino a la obligatoria mitad de hombres al igual que de mujeres que deberán registrar los partidos en los registros de aspirantes a diputados federales.
La iniciativa obliga también a que los candidatos suplentes sean del mismo sexo, para que, como muchas cosas en la política de este país, no sea una mera simulación y al final el candidato propietario y supuesto ganador renuncie, y el curul sea ocupado por su suplente, y verdadero ganón del asunto. Esto sin duda, seguirá pasando solo que la diferencia será que el género no cambiará.
De hecho puedo asegurar que esto pasará en la próxima legislatura local, y en esa “Cesión de derechos” estará implicado un ilustre apellido de la política de Puebla.
El objetivo de la equidad no debe ser por cuotas. El espíritu del término no se basa en el mismo número de hombres y de mujeres, sino en que estos y estas tengan las mismas oportunidades. El legislar cuotas de proporción en base al sexo de las personas es una forma legal de discriminación.
ELECCIÓN OBJETIVA
Imaginemos que una empresa recurre a la facultad de administración de una prestigiada universidad, requiriendo 6 puestos gerenciales-directivos. Si los diez mejor calificados fueran mujeres, ¿Contratarían a algún hombre? O viceversa, si esos más destacados pertenecieran al sexo masculino, ¿Por qué contratar mujeres?
El género nos hace perder la objetividad de la capacidad cuando se legisla. Es cierto que en la política mexicana predomina el hombre, pero antes de iniciativas sería mejor predicar con el ejemplo.
POR SUS ACTOS LOS CONOCEREIS
En el gabinete del Presidente Peña, en la primera línea solo se encuentran tres mujeres: Alicia Bárcena en Relaciones Exteriores, Rosario Robles en la Sedesol y Claudia Ruiz-Massieu Salinas en Turismo. La segunda y tercera están ahí más por su liga con el segundo apellido de la última, que por su condición de mujeres.
3 de los 27 principales puestos del gabinete ocupados por mujeres significa un porcentaje del 11/100, demasiado bajo para buscar una equidad de género.
En esto de los géneros hay casos muy curiosos: María de los Ángeles Moreno o Beatriz Paredes, ¿En qué bando se les contabilizaría?
RESULTADO NADA EQUITATIVO
El que las candidaturas por partido sean al 50% de género, no garantiza que el Congreso necesariamente herede ese porcentaje. Veamos: Si en un estado que tuviera 20 distritos, en los que tradicionalmente el PAN ganara 10 distritos por su voto duro, y lo mismo pasara en los otros 10 distritos con el PRI, y ambos repartieran sus candidaturas al 50% de género y candidatearan solo a hombres en sus distritos ganadores, ¿Qué pasaría? Pues que en los 20 distritos ganarían candidatos masculinos. El resultado a fin de cuentas como es la democracia no garantiza equidad de género.
Esta iniciativa ahora será secundada por muchos estados para sus legislaturas locales, más por seguir la línea presidencial y que se diga que sus gobernantes son incluyentes e impulsan la importantísima participación política de la mujer, cosa que normalmente no se refleja tampoco en gabinetes estatales. Ni gobernadoras tenemos hoy en día pues.
p.d. Ando muy misógino, pero me parece que el “Príncipe de Asturias” a la Poniatowska es demasiado, narró un desafortunado evento en la historia nacional, pero de ahí a gran escritora me parece que hay un trecho tremendo, pero felicidades.
Mi tweet es @fernandezmuniz8