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El Puente Romano

Miércoles, 09 Abril 2014 00:53
Juan Carlos Fernández

Democracia de luto

Por :
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UN GOLPE A LA DEMOCRACIA

El pasado 23 de marzo mi insomnio que tenía de fondo el programa de Chabelo me hizo revisar mi cuenta de tweet. Encontré uno fresquecito que me quitó el poco sueño que tenía: Adolfo Suárez había muerto.

Mucha gente pensará: ¿Y qué tiene que ver ese señor con México? No lo sé realmente, pero si es un hecho que tiene que ver mucho con la democracia. Suárez fue un demócrata convencido. Sus actos así lo demostraron. En la política de muchos países como el nuestro todos son “mártires” de la democracia, pero sólo en el discurso. No juegan como demócratas, más bien juegan a la democracia en sus discursos floridos y oficios rimbombantes, del todo diferentes a su accionar y forma de pensar.

CAMBIO SIN REVOLUCIÓN

Existen dos formas de transitar del totalitarismo a la democracia: Una es la revolucionaria y violenta con el costo de muchas vidas y tragedias, cargas que la sociedad española no estaba dispuesta a repetir, a menos de 40 años de su sangrienta guerra civil.

La otra es que un hombre del sistema llegue al poder y tenga una verdadera voluntad de democratizar la escena política, incluyendo a todos y plasmando reglas igualitarias en el papel, pero sobre todo en la realidad.

También es necesaria cierta madurez de la sociedad para darle la oportunidad de que demuestre que los cambios son reales y no simulaciones como en muchos países de Latinoamérica.

Suárez ingreso a la función pública en el régimen del franquismo, el único válido en sus tiempos. Ahí llegó a ser director del primer canal de televisión española TVE1 por sus siglas, que junto su cadena hermana TVE2 fueron las únicas opciones televisivas durante más de 3 décadas en España.

Seguramente alguien como el Duque de Suárez  entendió desde ahí lo que era el control de los medios, pero sin la ofensa al intelecto. Este mismo accionar tal vez le habría dado la reelección en el mismo puesto de Presidente de Gobierno a José María Aznar, quien al mismísimo estilo del PRI de los 70s quiso manipular la información al pueblo español de los atentados del 11 de marzo de 2004 en los trenes de cercanía.

EL INCLUYENTE

Como Gobernador Civil de Segovia y después Vicepresidente del Movimiento demostró  fidelidad al régimen, pero a la vez una cara amable que le sirvieron para que después la gente la creyera aquello de los cambios y la democracia.

No  me extrañaría que su llegada al Gobierno Español  al igual que la de Juan Carlos I al reinado haya sido parte del testamento del dictador. 

Hay que decirlo, ayudado por el hoy tan devaluado Borbón dieron apertura a todos los colores, permitieron la inclusión de los bandos más encontrados y contrarios. No se excluyó a nadie. Su apertura real permitió que como Presidente pudiera llegar a la Ley de Reforma Política que estableció un acuerdo general en el que cabían todos.

Una de sus  fotos más famosas es cuando recibió a Dolores Ibarruri, vieja dirigente del Partido Comunista Español, cuya prohibición por mucho tiempo fue lo que lo mantuvo con vida. El reconocimiento como Partido Legal fue el principio de su desaparición. Sus restos reposan hoy en el PSOE.

Ibarruri representaba al Satanás expulsado del paraíso español, que se había ido a refugiar al infierno con los diablos rusos, donde también existen otros “Niños de Morelia”, algo así como los “Niños de Stalingrado”. De estos grupos de refugiados algunos corrieron el riesgo de volver a su patria en tiempos de Don Adolfo, descubriendo que el tiempo del miedo había pasado.

EL FINAL

Los últimos años de su vida el alzhéimer hizo estragos en él, o más bien en el cuerpo que ocupo durante la vida. La muerte fue una crónica anunciada por el portavoz de la familia algunas horas antes.

“El arquitecto de la Transición española” decía el titular de un importante diario español, “Alguien a quien España debe tenerle gratitud” declaró el Rey Juan Carlos I. El Presidente Rajoy  lo definió así: “El mejor homenaje que los españoles pueden rendir a Adolfo Suárez tras su fallecimiento es seguir el camino que él marcó: de entendimiento, de concordia y de solidaridad entre españoles".

“Por sus actos los conoceréis” dice la famosa cita bíblica. La forma más factible de hacer una reforma es desde el poder. Otra opción mucho más cómoda es dejar todo igual y cuando se pase a la oposición ahora sí pedir democracia pura y cambio, como algunos salinistas en México.

Mi tweet es @fernandezmuniz8