Álvaro S. mató a Monserrath N., su pareja, y después la descuartizó y se comió parte del cerebro; ahora se le conoce como el “caníbal de La Resurrección”.
Según su relato, después de matarla, la descuartizó y tiró parte de los restos en una barranca de la zona de La Resurrección, junta auxiliar de Puebla capital.
De acuerdo a la información que tuvo acceso PÁGINA NEGRA, el hombre admitió el feminicidio de Monserrath ante elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Los hechos ocurrieron el jueves 29 de junio y algunos restos de Monserrath fueron localizados el sábado. Cuando los familiares de Montserrath, de 38 años, la buscaron, él les dijo que fueran por su mamá.
Dos hijas de Monserrath llamaron a elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes detuvieron a Álvaro. Conocido ya como el “caníbal de La Resurrección”.
Versiones extraoficiales de la Fiscalía de Puebla detallaron que encontraron parte de su cuerpo en el domicilio donde ocurrió el asesinato. Al parecer, Álvaro se comió el cerebro de Monserrath con tortillas. Información que no ha sido confirmada por las autoridades poblanas.
Sin embargo, restos del cuerpo de la mujer se ubicaron en una barranca gracias a miembros del equipo canófilo de la Policía Municipal.
Álvaro relató a los uniformados de Puebla “que escuchaba voces arriba en la azotea de su casa”. Y que a pesar de buscar quién le hablaba no encontró a nadie. El jueves atacó a Montserrath, luego que no pudiera tener relaciones sexuales con ella.
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Presuntamente, Álvaro se encontraba bajo el efecto de alguna droga
Al parecer se encontraba bajo el efecto de las drogas. Álvaro admitió a uniformados municipales que primero atacó a Monserrath con un picahielo.
Por el estado en el cual se encontraba Álvaro dijo sentir la “piel gruesa” de su víctima. Intentó apuñalarla, pero el picahielo se dobló. Después la dejó inconsciente con varios golpes en la cabeza.
El hombre dijo ser adorador de la Santa Muerte, e incluso creyó que Monserrath fue protegida por la llamada “Niña Blanca”, pues no murió al instante.
Yo sabía que si la dejaba ir me iba a matar a mí o me iba a dejar violado en algún lado. Me estaba volviendo loco y le di un martillazo en el cráneo”, admitió ante las autoridades.
Aún se espera que las autoridades municipales y ministeriales confirmen la mecánica de los hechos y localicen los restos de Monserrath.
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