La Sesión Ordinaria de este 2 de junio fue muy productiva, pero tras bambalinas se puso bastante caótica, y todo ese caos podría provocar cambios en el Congreso de Puebla.
Lo más importante aprobado este jueves fue castigar con cárcel a quienes promuevan o realicen terapias de conversión, las que utilicen los ultraconservadores que creen que la orientación sexual se pueden modificar en una “terapia”.
Esta reforma la presentó el diputado Carlos Evangelista y fue en la reunión que tuvo con el presidente del Congreso, Sergio Salomón y con el gobernador, Miguel Barbosa el 24 de mayo, cuando logró el consenso que le faltaba para aprobarla.
Otra reforma importante en el Poder Legislativo fue la modificación al Código Civil para castigar con prisión hasta a 12 años a quien cometa violencia familiar contra una mujer embarazada. Esa salió por unanimidad.
Hasta ahí todo bien. Los problemas comenzaron con la aprobación de la titular de la Unidad Técnica de la Auditoría Superior del Estado.
Ya en CENTRAL habíamos adelantado que la designación de Ana Gabriela Lepe Quiroz iría con el voto de los legisladores del PAN para que, a cambio, ellos designaran a María del Carmen Leyva en el Itaipue.
El problema fue que al momento de la votación solo lograron 37 votos a favor y cuatro abstenciones de los, digamos, “diputados rebeldes” de Acción Nacional. En el jaloneo se había establecido que al menos 7 panistas tendrían que avalarlo y solo lo hicieron 6.
Eso enfureció a morenistas ya afines, quienes decidieron que entonces no irían con la designación de María del Carmen Leyva.
Así, pasaron la indicación a sus diputados de votar por Norma Pimentel, quien no pintaba ni para el segundo lugar, y empataron así la designación por lo que tendrán que reponer el proceso.
Mientras esto pasaba, tras bambalinas Eduardo Alcántara tenía que explicar por qué no había logrado el nombramiento prometido para el Yunque.
Pero había alguien en peores condiciones, la coordinadora de la bancada del PT, Nora Merino Escamilla, quien tenía mil llamadas mientras revisaba el comunicado que lanzó para deslindarse de las acusaciones de “alta traición” que sufrió en Twitter.
A Nora Merino Escamilla la han acusado los legisladores de filtrar información de la Junta de Gobierno y Coordinación, al grado que hace unas semanas el diputado Carlos Navarro decidió abandonar la Junta ¡para siempre!, argumentado que estaba harto de enterarse por los medios de lo que pasaría en la Junta.
Además, los coordinadores señalaron, hace varias semanas a Nora Merino por haberse ausentado de la Sesión en la que destituyeron a Francisco Romero Serrano de la ASE.
Dijeron que, presuntamente, había presentado un justificante COVID falso y que en realidad se había ido de viaje.
Ese precedente y lo que sucedió hoy con la legisladora ha abierto la puerta para un cambio en la coordinación de la bancada del PT.
El cargo, si es que se cambia, recaería en Mónica Silva o en Toño López.
Recordemos que Nora Escamilla es la única mujer en la Junta de Gobierno, pues todas las bancadas tienen coordinadores hombres.
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