Si usted anda comiendo en restaurantes concurridos, mejor cuide lo que dice.

Si es poco discreto, mejor evite abrir la boca.

Bien decía mi abuelita que “en boca cerrada no entran moscas”.

Incluso si camina por los pasillos de su oficina, aguas.

Siempre hay alguien que lo escucha.

Sobre todo, si es funcionario público.

Y eso debería de saberlo el secretario de Educación Pública en Puebla.

Que se llama… Ay, ¿cómo se llama?

Ah sí… Hablo de José Luis Sorcia Ramírez. Admito que tuve que ir a Google a checar su nombre porque en su casa lo conocen.

Después de un sondeo entre quienes lo conocen, este funcionario oriundo de Tehuacán prácticamente se sacó la lotería cuando el gobernador Miguel Barbosa Huerta prácticamente lo rescató de algún rincón.

Me cuentan sus conocidos que en el poco tiempo que llegó a la administración pública (con cero experiencia en educación) se subió a un ladrillo.

Antes realmente era un improvisado en la radio de Tehuacán cuando lo llamaron para colaborar en un programa de Grupo Radiorama.

Ahí andaba de colaborador en la radio junto con María de Jesús Garrido Velasco. Y de hecho le fue fatal en la pandemia. Su maestría en Mercadotecnia de la UPAEP le alcanzó para vender lo que pudiera. Desde muéganos y dulces típicos hasta lo que tuviera enfrente.

Noble, como solía ser el gobernador Barbosa con la gente de su tierra, prácticamente lo sacó de la desgracia para volverlo funcionario de estado y así fue como lo acomodó en el lugar que dejó libre Melitón Lozano.

Como en muchos espacios del Gobierno, la verdadera limpieza y el plan instrumentado para tomar la SEP después de Melitón, venían directamente instrumentadas del gobernador Barbosa.

Y este señor pues solamente obedecía órdenes.

Pero quién sabe cómo ocurrió que se supo vender con Olivia Salomón, la secretaria de Economía, para que se volviera “el estratega” de su precampaña rumbo al 2024.

Y en esas andaba hasta que vinieron los hechos fatídicos del martes 13 de diciembre del 2022.

Y su miedo, su incertidumbre, su enojo, el verse en el barco ganador y de repente desperdigado como muchos de sus compañeros del gabinete, ha hecho hablar de más a este señor José Luis Sorcia.

Así como lo oye. Los insultos, los mensajes negativos, sus odios y su palabrería le han ganado la batalla.

Sufre verborrea cuando se trata de hablar del ahora gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

A la llegada del nuevo gobernador, José Luis Sorcia se la ha pasado despotricando en público y en privado contra él.

Y eso, lo sabe perfectamente el gobernador Céspedes.

Quizá sea tiempo de que el titular de SEP regrese a Tehuacán a vender muéganos y colaborar en programas de radio.

Claro, si es que tuviera dignidad.

Pero esa no se aprende rellenando puestos vacíos en el servicio público.