¿Además de ser funcionarias de la Fiscalía General del Estado, qué tienen en común Margarita Garcidueñas, Maritza Soriano y Miriam Larios?
Pues que las tres funcionarias están detrás del fallido operativo en el Centro Histórico que ocurrió ayer y que provocó que detuvieran ilegalmente a 16 trabajadoras sexuales que se prostituyen por su cuenta en un inmueble de la 12 Poniente.
Pero el borlote no paró ahí ni en la llegada de granaderos de la Policía Municipal que prácticamente tuvieron que llegar a asistir y salvar a los funcionarios de la Fiscalía Especializada en Género.
No, todo el tema llegó a la esfera de los activistas que apoyan y defienden a las trabajadoras sexuales y que les han mostrado dónde empiezan sus derechos y dónde comienzan a violentarlas.
Por eso, el escándalo terminó con todas las trabajadoras sexuales en la puerta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla y con la reprobación en general por el mal planeado operativo.
Pero vamos por partes, dijera el carnicero.
Qué ha hecho mal Margarita Garcidueñas desde que asumió su puesto como Fiscal Especializada en temas de Género.
Además de la violencia laboral que impera en el área, ha tomado medidas que rayan en lo irracional.
Primero, aquí se lo dijimos antes que nadie hace casi un año.
Por consigna y sin mayor coherencia, la titular de la Fiscalía Especializada en Género, Margarita Garcidueñas, desde que arrancó en sus funciones ha impuesto una serie de medidas que muchos de los agentes del ministerio público, policías ministeriales y demás personal a su cargo no termina de entender.
La fiscal especializada en Género impuso una cuota de cierto número de cateos que obliguen a sus funcionarios a realizar este tipo de eventos, aunque no cuenten con la información adecuada o ni siquiera tengan fundamentado el operativo.
Por eso ocurren episodios como el de ayer.
Y ahí vamos con la segunda involucrada, Maritza Soriano, la titular de los agentes del Ministerio especializada en el delito de trata de personas.
Bueno, en el operativo de ayer, parte de su trabajo era coordinar que pudieran asegurar a tratantes de personas que supuestamente llevan obligadas a estas mujeres a ese hotel.
Pero el asunto terminó tan mal para Maritza Soriano, que no pudo con la presión. Terminó llorando durante el operativo porque pensó que los iban a linchar. Y eso que en ningún momento hubo violencia de parte de nadie, ni de las sexoservidoras que exigían les entregaran a las 16 compañeras que detuvieron ilegalmente.
En el caso de Miriam Larios, la titular de la Policía Ministerial especializada en casos de Género y Trata de Personas resultó tan mal el operativo que solo le quedó echar la culpa a Margarita Garcidueñas.
Vía WhatsApp se la pasó justificándose del erróneo operativo, ya que su jefa, o sea Garcidueñas, “les había lavado el cerebro” y prometió que estaba totalmente enterada una representación de la Comisión de Derechos Humanos para evitar lo que realmente ocurrió: una detención ilegal de 16 mujeres en flagrante violación de sus garantías.
Pero esto no va quedarse así. Margarita Garcidueñas ya amenazó con que, después de este erróneo movimiento, tendrá que detener a alguien y de su cuenta corre que será alguna de las líderes de las trabajadoras sexuales de la zona del Centro Histórico.
No vamos a tapar el sol con un dedo. En efecto, hay mujeres que tienen que pagar piso a ambulantes y madrotas para poder trabajar en calles como la 12, la 14, la 16 y la 18 Poniente. Sabemos perfectamente que grupos de ambulantaje como Fuerza 2000 de ahí han generado recursos. Y claro que hay empresarios, panistas algunos de ellos, que entre sus casonas han decidido crear estos hoteles donde las chicas suelen dar los servicios.
Pero el hecho es que la mayoría de las usuarias de este tipo de espacios se autoexplotan. Las verdaderas redes que rayan en el crimen organizado transnacional usan Puebla como trampolín y para muestra muchas sentencias que han ocurrido en instancias federales contra familias enteras originarias de Tenancingo.
¿Qué pasa con la Fiscalía Especializada que dirige Margarita Garcidueñas? Pues que parece que acumula casos, cateos y expedientes como si fueran cuota.
Es urgente que las autoridades realmente hagan su trabajo. Explicar, investigar, documentar y perseguir a profundidad a las verdaderas mafias de trata de personas.
El día que hagan lo correcto, respeten los derechos de las trabajadoras sexuales y sepan cuándo se autoexplotan en vez de inventarse padrotes en las personas que hacen el aseo de estos hoteles, quizá las cosas cambien.
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