A un transportista le robaron la madrugada del 18 de febrero su tractocamión y ahí empezó una doble pesadilla para él.

Porque no solamente fue víctima de quienes lo atracaron y se llevaron su camión, también de las autoridades estatales, algunos agentes de Policía Estatal y Fiscalía General del Estado que están coludidos con los propietarios de los servicios de arrastre y grúas en la región del Triángulo Rojo.

Apenas unas horas después del robo el propietario del vehículo recibió una llamada directa de Rubén Porfirio Sotero, el coordinador de la Policía Estatal en la región de Tepeaca.

En el telefonazo vino una extorsión disfrazada de buenas noticias. Le mandaron la fotografía de su tracto camión completo y en buen estado. Pero, y aquí viene el problema, tenía que ir por él al corralón de Grúas Luna, propiedad de Omar Arroyo Luna.

El primer problema fue cuando el propietario llegó al encierro de Grúas Luna y lo encontró ahora sin llantas cuando lo recuperaron completo horas atrás. El propietario le reclamó al comandante de la Estatal, Rubén Porfirio Sotero quien se hizo el occiso por el paradero de sus llantas. Casi casi le dijo que tenía que agradecer porque se lo devolvería y que estuviera satisfecho.

Ya saben, la típica “de lo perdido pues lo encontrado”.

Después vino otro problema. En el corralón de Grúas Luna debían mandarlo a la agencia del Ministerio Público por órdenes de la agente Ana Luisa Flore Camacho.

Este movimiento, obviamente incrementa el monto del arrastre del camión para que su propietario pudiera recuperarlo.

Ya una vez finalizado el papeleo, vino el sablazo mayor.

Ahí le van las cuentas que le dieron al propietario vía WhatsApp:

Así como lo leen, por el arrastre en la zona metropolitana de Puebla: $45,000.

Por maniobras y acondicionamientos: $13,000.

Por el banderazo por los kilómetros recorridos: $2,500.

Custodia del vehículo: $1,500.

Abanderamiento con grúa: $3,000.

Pensión de la unidad por día: $600.

El total con IVA fue casi de 80 mil pesos.

El empresario no pudo más que negociar. Apenas y le bajaron unos pesos. El monto se quedó en los $76,096 en caso de que quisiera volver a ver su vehículo. Y sin llantas, porque ya se las habían robado en el mismo corralón. A pesar de todo lo terminó pagando.

¿No es una exageración los montos que exigen los servicios de Grúas como Luna Motors y Grúas Jesús en la región del Triángulo Rojo?

La región se ha vuelto una de las más complicadas en cuanto al robo de vehículos de carga en el estado. Es como si a los operadores de todos estos servicios, que más parecen extorsiones, les beneficia más la comisión de estos delitos y las autoridades no estén interesadas en combatirlo. Claro, a ellos les conviene porque así los palmean todos estos empresarios de las grúas.