La historia negra de los giros negros en Puebla

Ciertos funcionarios encargados de los giros negros en Puebla, o bien, del área de Normatividad Comercial, han generado una multiplicación de antros y bares para después acudir a clausurarlos y así hacerlos ingresar a un esquema de sobornos mensuales. 

Bueno, o por lo menos eso nos han dicho algunos empresarios de este tipo de comercios. 

¿Cómo está la cosa? 

Vamos por puntos. Primero, en estos tiempos en que los contagios por la pandemia de covid-19 comenzaron a disminuir, provocaron también las ansias locas de la gente por salir. 

Y no está mal. La reactivación económica del sector restaurantero y de los bares ha sido notable, evidente y necesaria.

Tan evidente que también ha ocurrido una multiplicación de sitios en la capital poblana y la zona metropolitana. 

Detrás de todas las aperturas –por lo menos en Puebla Capital– y la multiplicación de los antros hay razones de pesos. 

La apertura de bares, restaurantes bar, cantinas disfrazadas de cafeterías y antros de la noche a la mañana, agradecen a un funcionario que es la mano derecha de Enrique Guevara Montiel en Normatividad Comercial. 

Se trata de Cristóbal Sosa y es de quien más se quejan. 

Y no lo digo yo, lo dicen los empresarios dedicados a este tipo de giros. 

La estrategia de Cristóbal Sosa, quizá no consultada con Guevara Montiel, es permitir cuanto antro y giro negro pueda abrir. 

Y de hecho eso han permitido. Los lugares que incluso abrieron como sitios clandestinos durante la pandemia han entrado, ya formalmente, entre los espacios a los que se les permitió su apertura formal.

Claro, una vez que a todos se les permite su apertura, unos días después llega la inesperada denuncia anónima por parte de su competencia asegurando que incumplen con las normas, el horario y demás.

¿Qué ocurre a continuación? 

Pues aparecen los muchachos de Cristóbal Sosa.

Y después de que les permitan pagar la multa indicada al negocio en cuestión, a sus operadores se les lleva con los muchachos de Cristóbal Sosa. 

La oferta, dicen los afectados, es sencilla. De acuerdo al sapo es la pedrada, y si tienes un giro negro como un table dance tendrás que apoquinar 15 mil pesos al mes. De lo contrario comenzará un acoso sistemático.

La cuota que piden los muchachos de Sosa por bares y restaurantes bar son quizá menores, pero tampoco son una nimiedad. Pueden llegar hasta los 10 mil pesos dependiendo cómo vean el giro o al empresario. 

La acusación para Cristóbal Sosa es grave. 

¿Será que se manda solo o Enrique Guevara tiene conocimiento?

Tampoco creemos que esto lo sepa el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, pero tan solo revise el movimiento que tuvieron los bares en el último mes. 

Riñas, balazos, amenazas y demás. La multiplicación de estos espacios también ha provocado que los fines de semana se vuelvan locos. 

Esperemos que Enrique Guevara ponga orden porque podrían generarse focos rojos de la nada en una ciudad que ya de por sí está volviéndose caótica. 

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Edmundo Velázquez

Edmundo Velázquez

Es egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y cursó la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos...