Hacer negocios sin perder un peso

No me haga caso, a mí nomás me llegó el rumor. Y yo, amablemente, le corro la cortesía.

Los amigos empresarios de Puebla están corriendo la voz.

Ya saben, en Puebla jamás sirven las recomendaciones, pero todos paran la oreja cuando se quejan en específico de algún personaje o figura.

Es como una maldición andar en boca de todos.

Así está pasando recientemente y entre ese gremio se habla de un temor –medianamente fundado– por hacer negocios con un personaje.

Y no me haga caso, insisto, pero este personaje es Andrés de la Luz.

La verdad es que en el gremio empresarial hay de nombres a nombres. Tenemos los de dinero viejo, esos que nacieron casi con Puebla, que son propietarios de medio zócalo y de harta casa. Aquellos “de linaje”, así entrecomillado, a los que la bonanza familiar les ha permitido administrar la abundancia. Esos que viven de sus rentas.

También vienen los que surgieron por un agudo instinto de los negocios, los que se hicieron a sí mismos y de estos son pocos, muy pocos, pero quizá de los empresarios más sólidos y quienes terminan haciendo negocios fuera de Puebla y el país. Los de prestigio construido con los años.

Y están aquellos que viven del ingenuo, que tiran puro blof y hacen de las suyas. Los que negocian con dinero que no es suyo. Que sobreviven del intercambio y del “ahí luego hacemos cuentas”. Los que ya ven revuelto el río y agarran lo que pescan. Los del “ya Dios dirá”.

Imagínese que los empresarios, de todo tipo, se están quejando de Andrés de la Luz.

Este personaje encaramó a un grupo de conocidos suyos para un evento en Atlixco con globos aerostáticos a finales del 2021. Consiguió financiamiento del gobierno de Puebla a través de funcionarias como Martha Ornelas, en Turismo y Ana Lucía Hill, de la Segob y empezó a negociar vía intercambio todo lo que podía.

Hubo marcas y empresas que no aceptaron esto y pagaron por anunciarse en el espectáculo a sabiendas que nadie vive del intercambio.

La idea original vino de otros empresarios organizados que buscaban revivir el turismo en Puebla. Andrés de la Luz subió y bajó con el proyecto. Se lo apropió, pues. Lo curioso es que del evento en Atlixco no estaba ni enterado el gobierno municipal. Todo se hizo en corto, la promoción se hizo a cuentagotas, todo corriendo y sobre las rodillas. Vaya, recordemos que hasta el tipo de evento fue impugnado por organizadores de otro similar en el país.

Bueno, tras el evento, Andrés de la Luz le dio una patada en las posaderas de todos aquellos que lo ayudaron a convocar y llenaron el evento. Claro, no es tonto, no enojó con el gobierno. Pero para el siguiente magno concierto que organizó se quedó solo.

Andrés de la Luz se trepó al concepto de otro empresario, el Onírico Music Festival, que buscaba competir con el Electric Daysi Carnival, el famosísimo EDC de la Ciudad de México.

Había una semana de diferencia. Onírico fue anunciado el 18, 19 y 20 en el Parque Xtremo de Atlixco, mientras que el EDC se hizo del 25 al 27 de febrero en el Foro Sol. Obviamente no fue competencia, aunque así lo quisieron pintar.

Todos aquellos amantes de la música electrónica y los trasnochados del rave ni escucharon del Festival Onírico porque tenían comprados con meses de anticipación sus boletos para el EDC.

Y para colmo, el cartel de Djs invitados era de lujo. El escenario estuvo impresionante y obviamente la calidad del evento fue asegurada, desde que lo hace una empresa como OCESA.

Y Onírico fue una mala broma. Su máxima estrella fue el DJ Pelos. Casi, casi nos traían a los que ponían los discos de La Roka.

El evento en Atlixco fue fatal. La gente se decepcionó. Claro, la poca que fue.

Pero aun así, no cansado de seguir figurando, Andrés de la Luz presumió en sus redes que el Onírico se había ganado un premio en Facebook.

Onírico Music Festival.
Andrés de la Luz se trepó al concepto del EDC, pero este llamado Onírico Music Festival. Creditos: Especial

Claro, ¡el evento le ganó a otros festivales! Aunque estuvo vacío y entre sus figuras estelares estuvo el DJ Pelos.

Aun así, según él, los premiaron como el mejor evento multitudinario.

Vaya, el Pa’l Norte, el Ceremonia, el Vive Latino, el Corona Capital y demás le quedaron corto.

Así es la extraña forma de hacer negocios de Andrés de la Luz.

Pero bueno, quizá en esto yo qué voy a saber. A mí apenas y me salen las cuentas cuando me dan mi cambio en la fila de las tortillas. Pero yo le cuento lo que dicen los amigos empresarios en Puebla.

Además, yo no soy empresario. Aunque eso de hacer negocios sin poner tu dinero suena a comer como a mí me gusta: “calientito y de gorra”.

BonoBus BUAP
Edmundo Velázquez

Edmundo Velázquez

Es egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y cursó la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos...