20 de Abril del 2024

El reto educativo que nos espera

Por Ricardo Gali / /
La contingencia sanitaria ocasionada por el coronavirus (Covid-19) ha generado que nuestro país enfrente uno de los retos más grandes en su historia en materia educativa. Evitar que miles de estudiantes pierdan el ciclo escolar, o bien, que lleguen con mayores deficiencias al siguiente curso, impactando de manera negativa en el desarrollo de las competencias mínimas requeridas.

El rezago educativo en nuestro país no es un tema nuevo y es significativo al ser comparado con sus pares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), donde en las competencias de compresión lectora, matemáticas y ciencias, los resultados de la prueba PISA de 2018 (por sus siglas en inglés Programme for International Student Assestement) arrojaron que los estudiantes mexicanos tienen puntajes más bajos que el promedio de los estudiantes de la OCDE.

La evaluación de PISA señala que el 35% de los estudiantes mexicanos no alcanzaron un mínimo de competencia en los tres rubros evaluados, mientras que el promedio de la OCDE es del 13%; asimismo, solamente el 1% de los estudiantes mexicanos lograron obtener el puntaje más alto, cuando el promedio en la OCDE es del 16%, a lo que se le suma que los estudiantes mexicanos presentaron puntajes más bajos que el promedio de la OCDE en las tres competencias. (Véase en la siguiente tabla).

Grafica Ricardo Gali C

Ante esta contingencia sanitaria, se corre el riesgo que nuestro país no solo no muestre mejoría como ha ocurrido en los últimos 12 años, sino que la situación empeore, principalmente en los resultados que refleje la educación pública en la evaluación PISA que tendrá lugar en 2021.

Lo anterior, considerando que la Secretaría de Educación Pública anunció en días pasados que las clases continuarán en línea a través del programa “Aprende en Casa”, señalando que las clases presenciales se reanudarían el 1 de junio de forma general y el 17 de mayo en los municipios donde no existan casos de coronavirus. Sin embargo, la posibilidad que el regreso no pueda realizarse según lo planeado es alta, siendo el método en línea apoyado con la difusión de contenido en televisión y radio, los únicos medios disponibles para continuar las clases.

Frente a esta situación, podemos identificar las siguientes problemáticas que se agudizarán en mayor medida en el sector público de educación:

1.- Falta de Conectividad.

En nuestro país, únicamente el 70% de los hogares de los estudiantes que atiende escuelas públicas cuentan con internet en casa, es decir, 7 de cada 10 niños por lo menos no tendrán la posibilidad de acceder a los materiales que se impartan a través del programa en línea “Aprende en Casa”.

2.- Hogares con internet, pero con insuficientes equipos de cómputo.

De acuerdo con la encuesta del INEGI de 2018, 45.4% de los hogares cuentan con un equipo de cómputo, sin embargo, en muchos de estos hogares son varios los hijos que deberán de compartir el mismo equipo, dificultando en gran medida que todos los niños/jóvenes puedan dar un correcto seguimiento a los contenidos multimedia que se publiquen.

3.- Dificultad de establecer contenidos homogéneos.

En nuestro país existe gran disparidad en el avance de los programas de estudio, ya que, podemos observar que al interior de los 32 Estados de la República se presentan grandes diferencias en las competencias que han desarrollado los estudiantes, por lo que, un contenido homogéneo generaría gran confusión para los estudiantes, pues son los docentes los únicos que conocen el verdadero avance del grupo en el curso.

4.- Falta de capacitación docente en las tecnologías de la comunicación.

La gran mayoría del cuerpo docente del sector público carece de la debida capacitación para utilizar las herramientas de educación a distancia, ya que, si existiera la infraestructura (que no existe) para que pudieran atender a sus respectivos grupos, la falta de habilidades de los docentes en el manejo de herramientas tecnológicas y la falta de conectividad del 70% de los estudiantes del sector público impediría un acompañamiento eficiente.

Por lo anteriormente expuesto, es importante que el gobierno reconsidere asignar más recursos a la creación de infraestructura educativa a distancia, acelerar la capacitación de los maestros en las tecnologías de la comunicación y facilitar equipos de cómputo con la información del programa “Aprende en Casa” debidamente instalada, con la finalidad de que la mayoría de los estudiantes que hoy no tienen acceso a internet, ni un equipo de cómputo, puedan dar seguimiento a los programas educativos que se compartirán en línea, sin necesidad de estar conectados a internet mediante el equipo que les facilite el gobierno.

De igual forma, es indispensable que el Gobierno Federal en conjunto con los gobiernos estatales, elaboren una estrategia integral para que una vez sea levantada la contingencia, existan programas especiales que permitan identificar las deficiencias y regularizar tan pronto como sea posible a los estudiantes que presenten rezago, subsanando de esta forma la falta de seguimiento del docente durante el tiempo del aislamiento.

Para lo anterior, es necesario que se reorienten los recursos de los proyectos hoy considerados prioritarios de Santa Lucía, Tren Maya y Dos Bocas (que no lo son), para atender a los niños y jóvenes del país, que son sin lugar a dudas el activo más grande que tenemos al ser el futuro de nuestro México.

De no hacerse, el gobierno demostrará nuevamente, no estar a la altura de las circunstancias por su incapacidad de responder a las necesidades y a la urgencia de dar prioridad a los niños y jóvenes más vulnerables del país, ya que, sin los medios para acceder a los contenidos de la educación a distancia, se les niega la posibilidad de progresar y superarse, dinamitando cualquier esperanza de movilidad social.

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