24 de Abril del 2024

Un Alto a la Violencia

Por Ricardo Gali / /

 

Inden interior SeamosClaros

La delincuencia se ha metido hasta nuestra cocina, es hora de que asumamos la etapa crítica que atraviesa Puebla y exijamos como sociedad las acciones para revertir esta tendencia. Puebla ya no es aquel Estado que en años pasados se veía alejada de la violencia generada por el crimen, nos encontramos en la misma situación que otras regiones del país, donde la impunidad se ha convertido en el pan de cada día, siendo el principal aliado de los delincuentes para hacer de las suyas sin que haya consecuencias.

En esta ocasión, la Comunidad Universitaria de Puebla ha sido golpeada por la violencia que desangra a nuestro país, ha atentado contra lo más valioso que puede tener una sociedad “sus jóvenes universitarios”, “su futuro”, esos cargados de sueños, esos que están convencidos que un México mejor es posible.

José Antonio, Ximena y Francisco estudiantes de la facultad de medicina de la UPAEP y de la BUAP respectivamente, fueron privados injustamente de su vida y de sus sueños, causando un dolor irreparable para sus familias y amigos. Este lamentable acontecimiento, ha dado lugar a la valiente movilización de miles de estudiantes universitarios, quienes han decidido entrar en paro indefinido en sus distintas casas de estudios con la finalidad de exigir justicia para sus compañeros y acciones ante el insostenible clima de violencia e inseguridad.

A pesar de las desafortunadas declaraciones por parte del Ejecutivo Estatal, los estudiantes poblanos dan una muestra del porque son la generación de la esperanza para cambiar el rumbo de nuestro país, pues si bien, no pueden cambiar el pasado, sus acciones del presente son firmes para buscar cambiar el futuro.

Con su protesta, nos dan una lección de solidaridad y dejan sin margen de acción a un gobierno que frívolamente prefiere señalar, demeritar y repartir culpas; diciendo que los estudiantes están politizados. Nuestras autoridades, muestran que el puesto les queda grande; no tienen el valor para asumir su responsabilidad y evidencia su incapacidad para generar acciones que den respuesta a esta escalada en la violencia nunca antes vista en Puebla.

La paciencia y comprensión se ha acabado, hoy exigimos certeza de que hay un plan para poner fin a esta ola homicida que desangra a nuestro Estado y que asesina a sus jóvenes. Lo ocurrido, deja de manifiesto que no necesariamente se requiere “estar en malos pasos”, como señalo el Gobernador en su momento, hoy cualquiera puede ser candidato para perder la vida; hoy todos somos vulnerables y es fundamental unirnos como sociedad para ganarle esta batalla a la delincuencia.

Seguir negando la realidad, optar por la sordera y simular que no ocurre nada, nos está pasando factura; como era de esperarse la realidad es implacable y se ha impuesto, la violencia es una enfermedad colectiva que si no la asumimos como tal acabara consumiéndonos.

Mi reconocimiento a mis compañeros estudiantes que valientemente se han solidarizado con las víctimas, hoy dan muestra que la fuerza de la juventud es la única que puede reconstruir pieza por pieza nuestro país sometido y roto por la violencia. Si no hacemos algo hoy, mañana podrá ser cualquiera de nosotros.

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