Decían que había un acuerdo:
el PAN pondría el interino
que era pacto de caballeros
y Almeida sería el elegido.
En una jugada los morenos
agarran al PAN distraído
lo doblan y “suman esfuerzos”:
designan al priísta Pulido.
Un morenista reconocido
(ex operador de Rafael, por cierto)
para gobernación fue elegido
y a finanzas un priista experto:
huele a elección de Estado
pero esta vez con menos ruido.
El PRIMOR liquida el imperio:
le da al PRI nuevo aliento
de estar por Rafael sometido
recupera presencia y dinero.
Morena pierde congruencia
¿cuál es hoy su sentido?
El PAN sigue haciendo el ridículo
Puebla era su más fuerte asilo;
con marmaja o falta de convenio
fulminó al morenovallismo.
Con todo respeto al finado,
como bien dice el dicho:
“con el perro ya muerto
se acabó la rabia y los amigos”.
Así cambió Puebla
en un mes su fatal destino.
Hasta el lunes lector querido.