Friday, 03 de May de 2024

El Mono viste a la moda

Martes, 18 Septiembre 2012 23:04

Érase una vez en CREÁRE…

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¡Hello mis mono-fansheart!

¿Cómo están? ¡Ash! No sé por qué les pregunto si nunca me contestan ¡goei!.

Pues yo tipo súper feliz goei, ultra cool y súper ¡¡emocionado!! pero bueno cederé mi espacio a alguien que quiero así mil goei, o sea tipo que estoy enamoradísimo de él ¡¡goei!! obvio cedo este espacio para mi creador, tipo que les quiere contar un chisme o no sé qué,  espero que no me baje el rating… okei!
***


Había una vez un diseñador con complejo de modisto… Ay no qué flojera redactarlo así, mejor lo haré a mi estilo.


Pues por fin llegó el tan esperado día, sí, el que durante meses estuve esperando y que según yo juntaría mi lanita pa’ poder asistir los dos días ¡claro! ¿Quieres hacer reír a Dios? cuéntale tus planes.

Sin boleto de avión, ni de autobús, ni mucho menos una reservación de hotel, hice mis maletitas y directito me fui a la CAPU, compré mi boleto y esperé a que saliera el tan ansiado buss que me llevaría a mi destino, León Guanajuato.

Desde que me subí al camión comenzó lo bizarro, me fui con un grupo de sordomudos que la verdad hicieron un tremendo escándalo — y no, no me estoy burlando de ellos, es literal  hicieron tremendo escándalo— ellos en su onda, platicando con señas, prendían y apagaban las luces del camión, se reían, abrían y cerraban una mochila donde llevaban sus sándwiches y las latas de refresco no paraban de sonar.

¡Ahhhh! Me desesperé, así que no me quedó de otra que ponerme los audífonos y tratar de dormir, pero los nervios eran más poderosos que mi sueño.

Me quedé en el mismo hotel del año pasado, total ya lo conocía y de ese punto sabía moverme a cualquier lado de la ciudad.

Los nervios eran cada vez más fuertes, no podía concentrarme, hasta se me olvidó hablarle por teléfono a mi santa madre, que ya estaba con el Jesús en la boca porque su “monito” no le había avisado que llegó con bien.

Me di una buena ducha con agua muy calientita pa’ bajar el estrés, era tanto que hasta ganas de vomitar tenía, no podía retener nada en mi pancita, todo lo que entraba salía, obviamente por otro lugar muy diferente al que entró.

Los nervios eran tantos que casi quemo mi camisa al tratar de plancharla, mis pelos necios con mi look de adolescente asiático no se querían acomodar  y la gota que derramó el vaso, o sea, solo a mí, sí solo a mí se me ocurre ponerme un pantalón ultra entubado y súper pegado lleno de “estoperoles”, claro cuando te lo pones y lo ves en el espejo luce espectacular, pero cuando das los primeros pasos, las piernas lo recienten. A cada paso que daba los malditos estoperoles me arrancaban entre 10 y 20 vellitos de mis hermosas patitas, además de que las puntas de los mugrosos estoperoles me dejaron las patas peor que mapa de la República, así o más cortado.

Pero no me importó, yo bien mono salí del hotel y me dispuse a irme al tan ansiado evento, claro haciendo una parada técnica para devorarme unas “garnachas” que se me atravesaron por el camino.

Llegue al Poliforum León, me registré como finalista y subí rápido al segundo piso, lo que me urgía era por fin ver mi bolso en la exposición, ver las demás propuestas, saber contra quién estaba compitiendo. Ya en la entrada corrí directito donde estaba la exposición de bolso ¡ah! Mi ojo se me puso tipo Remy y las mariposas o mis lombrices se inquietaron, es indescriptible la sensación que sentí al ver mi prototipo ya en exhibición, sí, esa bolsa que casi me hizo llorar porque me quedaba chueca, sí esa bolsa por la cual tuve que estar en CENTRAL fines de semana completos para poder hacerla, sí, esa bolsa que hice yo con mis manitas y sin la menor idea de cómo coser el plástico y mucho menos hacer patrones para bolso, sí, ahí estaba, la luz era perfecta, el ambiente era el adecuado y mi bolso estaba…  arrinconado hasta atrás de todas y en un rincón tipo la muñeca fea, pero no me importó, yo estaba feliz, por fin estaba ahí.

Se acercó un tipo todo trajeado y con un tonito de “vaquerito fresa” me dijo en pocas palabras que fuera a ¡chiflar a mi máuser! porque la exposición todavía no estaba abierta, así que salí y no me quedó de otra que esperar.

Entré a una de las conferencias pero la verdad me puse en modo autista y me dediqué solo a tomar fotos, sí ni caso le hice a la plática.

Después de eso por fin llegó el tan ansiado momento, cuando anuncian a los 10 finalistas de cada categoría, obviamente ese era el momento que esperaba, mi meta éste año era llegar a los 10 mejores sabía que si no quedaba en ellos, la depresión sería mucha y tendría que ir a terapia por otros 3 años más.

Por fin comienza el video donde mostraban a los 10 finalistas y ¡ah! Sí, ahí estaba, era mi bolso, ese que me hizo desvelarme noches completas ¡¡ahí estaba!!smiley


Yo feliz, temblaba cual perrito “chihuahueño” pero me supe controlar, digo creo que nadie se dio cuenta cuando di el azotón pensando que iba a caer directito en la silla.

Dieron un pequeño receso y salí a fumar un cigarrito pa’ calmar los nervios, ya estaba del otro lado, ya había subido un escalón más que el año pasado, en eso se acercaron unas chicas para preguntarme si yo era Rafael Castrejón, respondí que sí, que en efecto ese era yo, las chicas emocionadas se tomaron fotos conmigo y me pidieron autógrafos y toda la cosa, después de ellas llegaron otras más, no creía lo que estaba pasando ¿Famoso yo? ¡No! ¡Eso no pasa!, la gente famosa es millonaria y sale en ¡revistas! Yo estoy más pelado que un ¡gato egipcio! pero aun así, varias personas se acercaron a tomarse fotos conmigo y a que les diera un autógrafo, alabaron tanto mis ilustraciones de moda que por un minuto me olvidé del concurso, pero Oh bendita realidad. Regresé al mundo y ¡sopas! Ya faltaba poco tiempo para saber quiénes eran los ganadores, así que corrí para saber el veredicto del jurado.

Ya en mi lugar sentadito y con la cámara en mano (cámara que por cierto ni es mía, que me prestaron pero bueno, gracias Brito tu cámara salió bien chida), total que ya estaba ahí, esperando los resultados, comenzaron la premiación, con la modalidad de zapato caballero, después dama y zas, sí ahí iba la mía, bolso dama, mis piernas comenzaron a temblar, no sabía si por fin había llegado a uno de los tres primeros lugares o nuevamente me quedaría en el camino, es en ese momento donde los minutos se hacen horas y esperas que al fin digan tu nombre, siempre lo imaginas pero nunca pasa, pero ese día, para mi, sí paso.

—El tercer lugar es para: Rafael Pérez Castrejón—

¡¡¡¡¡Ah!!!!! ¡¡¡No mames!!! ¡¡No mameeeeees!! Por fin lo dijeron, por fin, es mi nombre, ¡Sí!


De un brinco me levanté del asiento agitando los brazos, gritando eufórico y feliz, caminé rumbo a la pasarela, la gente me vio con cara de ¿qué pedo con este güey? pero a mi no me importó yo estaba feliz, sentí como si hubiera ganado el primer lugar.

El reconocimiento me lo entregó la creadora del concurso la Sra. Anna Fusonni, cuando la tuve enfrente tenía ganas de decirle tantas cosas, pero es de esos momentos en los que te bloqueas y lo único que salió de mi boca fue un “gracias por la oportunidad” ¿Queeeeeeeeeé? ¡Estúpido! me dije a mi mismo, pero bueno los nervios ¡traicionan!

Ya con mi bolso en mano y mi reconocimiento llegaron las fotos, entrevistas y gente que se tomaba fotos conmigo y los demás ganadores, yo lo que quería era llamar a mi casa y darles la gran ¡¡¡noticia!!!

Cuando por fin pude llamar y decirle a mi mamá que lo había logrado, la gente se me acercaba y se tomaban fotos, nunca pude entender el por qué llegaban y sin avisar ¡¡sopas!! Ahí estaba la foto, fue muy divertido, algo extraño pero lo disfrute mucho.

Después de eso a festejar. Pasé una noche maravillosa, con la mejor compañía que pude haber tenido, de la cual aprendí mucho y que me brindó su apoyo gracias a mi talento. Entre risas, unas copitas y un ambiente totalmente agradable así terminó mi noche, sí ese cuento de hadas que se escribió un viernes 14 de septiembre.

Definitivamente lo mejor que me pudo haber pasado.

Quiero hacer un agradecimiento especial a mi familia que siempre han sido mi mayor impulso en todas mis locuras, a mis amigos que siempre estuvieron conmigo apoyándome y echándome porras, a Ita y su mami por prestarme la máquina de cocer para poder hacer el bolso y a todos los seguidores de mi blog y de mi fan page que siempre estuvieron apoyándome y dándome palabras de aliento, de verdad nunca podré pagarles todo lo que han hecho por mí.

Eternamente agradecido.

Rafael Castrejón.