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El PRI poblano está en crisis. Repito, el PRI poblano está en crisis. Su principal activo se llama Mario Marín Torres. Es decir, el “Góber precioso”, es decir, el mismo que llevó a grados extremos la corrupción política en Puebla en los últimos años. “Al que le gustan tiernitas”, dicen en la película la Dictadura Perfecta de Luis Estrada.
Cuenta la leyenda que un empresario serrano de la aeronáutica, quien ahora es senador del PRI y financia la precampaña de su novia panista, en una ocasión le dijo a Marín:
-Si se logra este negocio, mi góber. Nos vamos al defe a festejar y yo pongo a las viejas. Yo las contrato. Te voy a llevar con unas rusas y unas checas, que en tu vida, mi góber, en tu vida.
-No, no –respondió Marín- si se logra las llamas, las contratas y si no me conoce ninguna yo las pago.
-Hecho.
Y se estrecharon las manos.
Para buena fortuna de ambos el contrato millonario se logró. Y el oriundo de Huauchinango le llevó al DF. Se instalaron en un cuarto de hotel. Llegaron las chicas rusas y checas.
Y ellas al ver al chaparrito dijeron en su complicado español “mi góberrr… Marrio Marrrín, amorrcito…”.
Las chicas lo abrazaron y al final pagó el actual senador el servicio solicitado.
Y no es que uno se espante o se persigne; sólo que dicha anécdota pone en evidencia ese estilo frívolo que caracterizó su administración.
Quizá usted ya no lo recuerde, pero Mario Marín también persiguió a la prensa y varios periodistas fuimos demandados en ese sexenio.
Hubo un caso en particular muy llamativo, 31 diputados denunciaron al entonces director de diario Cambio y a la reportera Selene Ríos Andraca, hoy directora de este portal.
Si ese es el principal activo del PRI, los priistas por ende están jodidos.
El segundo elemento que juega las contras es su nueva dirigente, Ana Isabel Allende Cano. Desde su arribo a la dirigencia se esperaba una actitud de oposición al gobierno estatal.
No fue así.
Dijeron que sería una “oposición responsable”, lo que resultó más un eufemismo para decir que ni con el pétalo de un sarcasmo tocarían a Rafael Moreno Valle.
Estaba el conflicto de Chalchihuapan en el momento más crítico y la lideresa del PRI no dijo nada.
Apenas dijo que sí que con mucho gusto, que cómo de que no señalarían el tema de Chalchihuapan pero “hay que darle el beneficio de la duda al gobernador para que cumpla con las recomendaciones que hiciera la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”.
Es decir, no.
Más eufemismos para hacerse como que la virgen les habla, para jugar al tío Lolo.
El PAN está mal, sí a nivel nacional y a nivel local, pero el PRI está peor. La economía del país no se levanta. Lo ocurrido en Iguala le pegó en su ya malograda imagen a Peña Nieto en el mercado internacional.
En Puebla los priistas se dividieron en muchos grupos. Están huérfanos tras la derrota de López Zavala en el 2010.
Moreno Valle les ha comido el mandado y lo mejor para él y lo peor para ellos, si alguien es más fácil de corromper es un priista.
A los perredistas denles una camioneta y se pelean entre ellos, decía Manuel Bartlett cuando era gobernador.
Actualmente, a los priistas dales una lana y se quedan callados.
No hay oposición en Puebla.
Los únicos que actúan como tal son algunos medios de comunicación y algunos políticos ahí perdidos.
El enemigo del PRI son sus principales cuadros priistas.
¿O van a pensar que de veras Mario Marín es un buen activo? ¿Qué él jamás negoció su cabeza por una gubernatura?
El enemigo del PRI está en su casa.
De seguir así, van a pasar varios años para que retornen al poder en Puebla.