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Crónicas marxianas

Lunes, 23 Febrero 2015 23:35
Zeus Munive

Moreno Valle es el nuevo dueño del PRD

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El PRD no se vende.

Se renta.

Se alquila como traje de novia.

Unas cuantas puestas y a remendarlo para, otra vez, ponerlo en el aparador y quien lo necesite para la fiesta, para la boda ficticia, lo alquile por unas horas, lo ensucie y de nuevo al inventario.

Hace más o menos quince días escribimos en este espacio que Fernando Morales Martínez “El Parri (cida)” se había reunido a comer en la ciudad de México con Los Chuchos, esa corriente que dirige el PRD y que tiene en alquiler las siglas de su partido.

Ayer diario Cambio, en una excelente nota informativa, reveló que “Parri” ahora va a traicionar a las filas tricolores para llevar a varios priistas al partido del sol azteca.

Al fin y al cabo el PRD no se vende, nomás se alquila: bodas, quince años, bautizos, primeras comuniones, serenatas, pedidas de mano y despedidas de soltero. Son como los brincolines de los niños. Son el payaso de la globoflexia. Son los enanos del circo. Los de las cachetadas.

En Puebla, ya hay nuevo líder moral en el sol azteca. El cacicazgo que ejerció Luis Miguel Barbosa desde 1998 quedó rebasado, hecho añicos. Ya no trae las canicas consigo.

Socorro Quezada Tiempos, la actual dirigente, es una política de poca monta. Siempre lo fue.  Ella, muy socrática, sólo sabe que no sabe nada. Ella solo sabe que no dirige nada.

Quien ahora manda, ordena, dispone y descompone es Luis Maldonado Venegas, junto con sus nuevos aliados (Los Chuchos).

Los 16 abanderados a diputados federales por el PRD pasaron por el filtro de Casa Puebla.  La intención es dividir y restarle votos al PRI y a MORENA con el fin de que gane el PAN la mayoría de los distritos en la entidad.

La candidatura de Maldonado Venegas es un pacto y un acuerdo de negocios políticos entre Los Chuchos y Casa Puebla.

Obvio, el gobernador poblano no tiene problemas con el abatido Barbosa porque en el Senado le es útil. Sin embargo en términos electorales y para su proyecto nacional a Rafael Moreno Valle le sirven más las alianzas con Los Chuchos que con Barbosa Huerta.

Moreno Valle tejió con Los Chuchos una buena relación desde el 2010. Los convenció de que era la mejor manera de derrotar al PRI y a Marín. Los ha apoyado en Guerrero y en Morelos. Les brindo todo su apoyo para crecer con nuevos afiliados.

Barbosa enfrentó a Los Chuchos por sus “arreglos” en el caso Abarca  en Ayotzinapa y Ángel Aguirre en Guerrero. Eso provocó el distanciamiento entre ellos.  Jesús Zambrano y Jesús Ortega le pelearon la dirigencia estatal pero al final se la respetaron.

El grupo de Luis Miguel Barbosa se convirtió ahora en una tribu bastante corrupta y ambiciosa. Las demás fuerzas internas en Puebla ya no existen. Quien verdaderamente manda es un ex priista, ex convergente y próximamente ex secretario de Gobernación: Luis Maldonado Venegas.

Si los espacios de maniobra se reducen cada vez más para Barbosa, no duden que regresará con Los Chuchos con tal de no perder su poder y sus aspiraciones a la mini gubernatura en Puebla.

En 1998, Barbosa ganó las elecciones internas del PRD a la desaparecida Corriente Socialista y al dirigente de aquel entonces Eduardo Fuentes de la Fuente (Fu de la Fu). Desde esa época ha puesto y quitado a las dirigencias a su antojo. Se volvió un cacique perredista que elegía diputados, senadores, regidores y alcaldes.

Lo mismo pactó con Melquiades Morales, con Marín y con Moreno Valle. Ahora ve de reojo y con tristeza cómo el trovador de Casa Puebla, el bohemio redentor de Luis Maldonado Venegas (son famosas sus francachelas en Casa Aguayo) controla al partido que lo encumbró y le dio de comer.

Adiós Barbosa, adios.