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Hace algunos días observaba una nota televisiva sobre la conferencia de un conocido comunicador que viaja por todo el país teniendo contacto con muchos jóvenes y que recientemente ha presentado su 5to libro (sinónimo no de calidad para muchos, pero al menos sí de ventas) y escuchaba a unas personas criticar este hecho argumentando sobre la inexistente congruencia entre lo que el comunicador menciona en sus pláticas y los contenidos de sus programas de televisión llenos de estereotipos sexistas y de desinformación.
No es la primera vez que escucho este señalamiento de un televidente, incluso a título personal, he observado y señalado muchas campañas sociales donde televisoras, principalmente, medios y empresas publicitarias, abanderan una causa social y se exponen pidiendo a todos por un mejor país.
Es curioso pero ¿cómo podemos hablar de buscar un mejor país cuando son los mismos medios los encargados muchas veces de desinformar y separar a nuestro México?, tampoco amigo lector me gustaría orientar este texto a una crítica radical de la total culpabilidad de nuestros medios por la situación cultural de nuestro país, creo es un argumento que debe citarse porque sí, los medios tienen una gran responsabilidad, pero sin duda es una situación compartida con las diversas audiencias que miran, sintonizan y consumen los contenidos por voluntad propia.
Siguiendo esta línea y para evitar caer en la simplicidad de críticas estereotipadas, creo debemos tener en cuenta varias cosas, los medios tienen la libertad de decidir la línea de contenidos que quieran manejar como también nosotros tenemos la libertad de creerles y mejor aun, de consumirlos o no.
Ese es el verdadero poder que la audiencia tiene y que erróneamente neutralizamos cuando precisamente hacemos con nuestras críticas lo mismo que señalamos de los medios, decirle al otro lo que debe pensar y sentir ante determinados mensajes.
Un medio de comunicación es una industria del entretenimiento y produce contenidos para muchos tipos de audiencias, sus conductores, actores y productores, tiene la habilidad de producir una gran cantidad de tópicos para gustos dispersos, podemos por supuesto sentarnos a mirar un programa para niños, para adultos, adolescentes, mujeres y más y encontrar en cada uno de ellos cosas negativas, cosas que criticar pero no olvidemos que a final de cuentas quien decide es el mismo espectador. Ningún medio es tonto, y un contenido que nadie mire no permanecerá en circulación. Los medios pueden experimentar en muchas fórmulas, algunos conceptos funcionan, otros no pero no olvidemos que quien los mantiene al aire, en circulación o en la red somos las audiencias, no solo se trata de criticar lo que aparece en los medios, sino también hacer una crítica sobre el reflejo que los contenidos presentan de la realidad que les inspira, la cultura del espectador.
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