Thursday, 02 de May de 2024

Cultura para mortales

Domingo, 27 Abril 2014 23:36
Sarah Banderas

El curioso incidente y la mini sección del Rey

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Christopher se acompaña todos los días por ese inalcanzable principio universal que siempre estamos deseando aplicar: darle una importancia igual a cero a lo que opinen los demás.

Él vive en su propio mundo, vive en sus sueños, vive para sí mismo. No dice mentiras y lo confunden las metáforas. Se expresa con claridad y dice lo que piensa. Sus intereses son distintos a los jóvenes de su edad. Se ha establecido metas muy claras y gasta hasta su último aliento para alcanzarlas.

Christopher es un niño especial, tiene síndrome de Asperger, algo muy parecido al autismo. Sus habilidades son sorprendentes, aunque se le dificulta relacionarse con la gente. Es el protagonista de la obra de teatro El curioso incidente del perro a medianoche que se presenta en el Teatro de los Insurgentes en la Ciudad de México.

Vive en un suburbio del Reino Unido con su padre. Su mamá tiene dos años de haber muerto. La trama inicia cuando Wellington, el perro de su vecina, aparece en el jardín atravesado por un trinche. El joven de quince años, Christopher, se da a la tarea de investigar el asesinato, llevándolo a descubrir secretos oscuros de su familia, pero lo más importante, a rebasar sus propios límites.

No soporta las multitudes, el contacto con la gente, el estruendo de los lugares públicos, pero deberá enfrentarlos al realizar un viaje, donde nos revela un poco del funcionamiento de su mente, lo que nos permite entender dónde radica su genialidad: mientras nosotros admiramos el campo y nos limitamos a la simpleza de los adjetivos como “¡qué bonito paisaje!, ¡qué verde el césped!, ¡cuántas vacas pastando!”; él analiza cada elemento que va observando: el número de vacas, su clasificación por colores y actividades, las tonalidades del pasto, la elevación del suelo, y así infinitamente todo lo que atraviesa por su vista.

¡Cuánta falta nos hace observar más y mirar menos!       

Christopher es magistralmente interpretado por Luis Gerardo Méndez, el famoso “Javier“-el junior bueno para nada- de la taquillera Nosotros los Nobles. Él lleva en sus hombros el peso de la obra, y aunque está acompañado por grandes actores como Alejandro Camacho, sin duda demuestra que está preparado para algo más “trascendental”.

La escenografía es alucinante. En lo que a mí respecta, no había visto nada igual. No se escatima en esfuerzos tecnológicos y se echa mano de los avances más recientes. No dejará de sorprender al espectador.

Así que por actuaciones y escenografía será casi imposible que los asistentes queden insatisfechos. Sin embargo, considero que la trama es bastante simple y un tanto predecible.

No deberán esperar una exploración profunda sobre los sentimientos o pensamientos de los personajes, ni deberán creer que se desentrañará concienzudamente la raíz de los conflictos. Tampoco habrán de cuestionarse el paradero de personajes importantes desaparecidos de la historia. Ni imaginar si el examen de matemáticas es el pase de entrada a la universidad.

No obstante, creo que lo más valioso es rescatar las pequeñas moralejas que nos va dosificando el protagonista a lo largo de la obra con gran humor, y dejarse envolver por la sensibilidad de Christopher que nos demuestra que aún aterrorizados por la propia mente, es posible superar las fronteras.

Entonces…

Recomendable. Confieso que acudiría a verla por segunda vez para detenerme en los detalles explicativos que salen de la prodigiosa inteligencia de Christopher.

…By the way

Un año cumplió este blog semi informativo, casi cuaderno de viajes, intento de espacio reflexivo y más parecido a un diario de confidencias. Gracias infinitas por el sacrificio de leerme…

Nuevísima: la MINI sección de Gabriel García Márquez

Este pequeño apartado es mi homenaje personal a Gabriel García Márquez. Pretendo compartirles algo de mis ínfimos conocimientos sobre el gran escritor.

Para empezar nos despediremos del Rey…

José Arcadio Buendía y Úrsula su esposa, son los fundadores del mítico pueblo de Macondo en Cien años de soledad. A él le atrae la ciencia, a ella tener un hogar próspero. Él es vigoroso, sabio, dócil. Ella es fuerte, dominante, aguerrida. Él transcurre sus últimos días atado a un árbol porque ha perdido la razón. Cuando su hijo mediano presiente su muerte, siete hombres intentan llevarlo a rastras hasta su dormitorio.

Uno de sus criados, que se había marchado años antes, regresa a Macondo. “He venido al sepelio del rey. Entonces entraron al cuarto de José Arcadio Buendía, lo sacudieron con todas sus fuerzas, le gritaron al oído, le pusieron un espejo frente a sus fosas nasales, pero no pudieron despertarlo. Poco después […], vieron a través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas. Cayeron toda la noche sobre el pueblo en una tormenta silenciosa […]. Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro.”

He ahí la razón de las flores amarillas que cientos de lectores siguen portando como homenaje.

Hasta siempre Señor Rey.