Thursday, 02 de May de 2024

Cultura para mortales

Lunes, 12 Mayo 2014 22:46
Sarah Banderas

Cantona: una ciudad prehispánica única

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La gran Tenochtitlán contaba con apenas 200 años de vida cuando llegaron los españoles. Después de su conquista (y destrucción), las generaciones crecieron con los mitos aztecas: la ciudad que flotaba sobre el agua, los poderosos tlatoanis dominando el sur, las imponentes pirámides vigilándolo todo…

Pero antes del nacimiento del imperio mexica existieron otros señoríos de esplendor insospechable como Cantona, que llegó a consolidarse como la ciudad más grande e importante del Altiplano Central.

Se encuentra ubicada en el municipio de Tepeyahualco, hacia el Oriente  en el estado de Puebla. Nació aproximadamente en el 900 a.C. y murió, siendo abandonada en su totalidad por sus habitantes, en el 1,050 d.C. (casi dos mil años de existencia comparados con los 200 de Tenochtitlán). Cuando Teotihuacán –otro glorioso señorío- estaba en decadencia, Cantona tomó su lugar y se erigió como el más importante de la región.

Explorando Cantona

Me pongo el sombrero y mis falsos ojos para adentrarme en el pasado. Comienzo a recorrer las unidades habitacionales donde vive el grueso de la población –nuestro primer Infonavit-. Una avenida principal une a los pequeños complejos habitacionales, -denominados barrios- divididos por muros de piedra. Dentro de cada complejo se encuentran unos patios que alojan las plataformas de piedra donde se levantan las diminutas casas: aproximadamente 20 metros cuadrados para una familia de diez personas. Y es que no necesitan más espacio  ya que todas sus actividades las realizan al aire libre y sólo las utilizan para dormir.

Continúo por un largo camino. Los barrios tienen la misma distribución. La avenida o calzada comienza a ascender. Unas escalinatas me transportan a la zona privilegiada de la ciudad donde viven los nobles y gobernantes. Tengo suerte, he podido pasar, pues debido a que la sociedad es muy clasista, el acceso a esa zona es controlado por algunos guerreros.

La arquitectura comienza a verse distinta. Los espacios habitacionales son más grandes. Se asoman pequeñas pirámides. Al igual que en la parte inferior, la vegetación es abundante. Los árboles vigilan a los paseantes.

He llegado al complejo cívico-religioso o acrópolis. ¡Por fin descubro lo que vuelve especial a este sitio!: de todas las ciudades prehispánicas, Cantona cuenta con el mayor número de canchas para el Juego de Pelota, 27 en total, de las cuales 15 se componen de una pirámide, una plaza y una cancha.

Sin dejar de maravillarme a cada revelación, llego a la zona más emblemática: la Plaza de la Fertilización de la Tierra o Plaza Central acompañada a un costado por el Palacio. Aquí se encuentra la pirámide más grande de Cantona. Me aventuro a subir los altísimos y reducidísimos escalones hasta la cima. Es la mejor vista que había tenido. Desde lo alto, los sacerdotes y guerreros vigilan la ciudad. Se aprecian los otros monumentos: el Palacio, ubicado al frente de las escalinatas, me saluda con sus pequeños patios circulares. Dan ganas de quedarse arriba un rato.

Logro ver a los hombres y mujeres afuera de sus casas, sentados en los patios moliendo el maíz, tallando la obsidiana, confeccionando sus trastos mientras conviven con sus vecinos. Gente va y viene por la calzada cargada de mercancías para intercambiar.

Mientras tanto, en lo alto de la pirámide, el sacerdote sahúma todo con el copal para dar inicio al juego de pelota. Los hombres pequeños, pero de complexión fornida, golpean la bola de piedra mientras corren, suben y bajan de la cancha. Hace calor pero comienza a chispear. Pronto vendrá la lluvia y todos se refugiarán en sus casas.  No es tan distinto a nuestro tiempo.

Tengo que regresar por el mismo camino. Aprovecho para contemplar de nuevo las construcciones, aprenderme los nombres, llenarme de historia, de energías, de sonidos…

…Entonces

Muy recomendable. En general, considero que todo lo que tiene que ver con los sitios arqueológicos debemos visitarlos para ampliar nuestros horizontes más allá de la gran Tenochtitlán.

Creo que para los poblanos es casi obligatorio conocer este tesoro que se suma a la lista de sus riquezas. No sólo conformarse con visitar la gran pirámide de Cholula.

By the way…

·         Llegó a albergar 93,000 habitantes en 7,500 unidades habitacionales.

·         Permaneció oculta hasta su descubrimiento por Henri de Saussure a mediados del XIX.

·         A partir de 1992 comenzó su exploración (¡apenas 24 años!)

·         La esperanza de vida de los habitantes era de 25 a 35 años.

·         La estatura promedio de los hombres era de 1.62 m y de las mujeres de 1.55 m (ahora entiendo…)

·         Hace apenas dos años se inauguró un Museo de Sitio que recoge lo necesario y suficiente para entender más de esta antiquísima ciudad…

LA mini SECCIÓN DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

En 1947 –con apenas 20 años- el escritor colombiano publicó su primer cuento denominado “La tercera resignación” que pertenece al libro de cuentos Ojos de perro azul.

El García Márquez de las novelas es abismalmente distinto al de los cuentos, y en este primero es casi irreconocible. El relato trata sobre un hombre en su funeral: un muerto consciente que se encuentra dentro de su ataúd percibiendo el exterior: el aire, los ruidos, los olores que provienen de su propia descomposición; y aferrándose a lo último que le queda: los recuerdos, la memoria que lo van llevando a la paulatina aceptación de su muerte.

En lo personal considero que es complejo, requiere paciencia y apertura  de mente. No esperen encontrar al narrador de Cien años de soledad que rehúye a las complicaciones psicológicas.

Fotos: Enrique Calderón