Desde el caso del cura pederasta, Nicolás Aguilar, quien abusó de al menos 86 niños, pasado por el escándalo Lydia Cacho-Mario Marín, hasta documentar los actos de corrupción del Góber precioso y de Rafael Moreno Valle, Selene Ríos Andraca, fundadora de Periódico Central, dedicó su carrera periodística a destapar las cloacas de Puebla, así como evidenciar los abusos de poder de gobernantes y políticos.
A lo largo de 12 años de carrera periodística, el trabajo de Selene Ríos tuvo eco en medios nacionales e internacionales. Su instinto la llevó a seguirle el rastro a Nicolás Aguilar, ser la protectora de Lydia Cacho, así como la más aguda crítica de los gobernadores Mario Marín Torres y Rafael Moreno Valle.
Hoy, 23 de enero, el día de su cumpleaños recordamos parte de su legado.
Siguiendo la huella al cura pederasta
Nicolás Aguilar, conocido como “El cura pederasta”, abusó sexualmente de al menos 86 niños en México y Estados Unidos, a finales de la década de los 80´s y principios de los 90´s. Desde entonces fue protegido por las Arquidiócesis de México y de Los Ángeles, California. Después de dos décadas de deambular de un lado a otro, regresó a la Sierra Negra de Puebla, de donde era oriundo, y durante mucho tiempo fue sacerdote.
Con la protección de su amigo, el ex arzobispo de México, Norberto Rivera, de nuevo ofició misas en los municipios de esa región de la entidad poblana, como Zoquitlán, en el año de 2006. Pero el instinto periodístico de Selene Ríos la llevó hasta Santa Clara Huitziltepec, donde encontró al cura Gilberto Nájera, quien era sacerdote del pueblo, amigo de la infancia de Aguilar, y uno de sus protectores.
Después de varias visitas al municipio en el que incluso fue atacada por la comunidad, Selene Ríos logró entrevistar para Cambio a Gilberto Nájera, quien aseguró que Nicolás Aguilar era inocente y el entonces arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca había difundido las versiones acerca de la corrupción de menores para dañar la imagen de su amigo.
Como parte de su investigación, Selene Ríos escribió una novela sobre Nicolás Aguilar y se quedó a medias su investigación sobre la presunta muerte del Cura pederasta.
Escándalo Lydia Cacho
Mientras la mayoría de los medios de comunicación se dedicaron a defender a Mario Marín por la detención de Lydia Cacho, en aquel lejano diciembre de 2005, Selene Ríos fue de los pocos periodistas que le dieron voz a la escritora del libro de Los demonios del edén. La entonces reportera de Diario Cambio acompañó a la escritora y también periodista en cada momento: hizo guardia a las afueras de la entonces Procuraduría de Justicia del Estado comandada por Blanca Laura Villeda Martínez.
Selene Ríos le siguió los pasos a Mario Marín desde entonces. Incluso, llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para la cobertura de aquella sesión del 29 de noviembre de 2007, cuando los ministros exoneraron al Góber precioso por violar los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, con el voto de gracia de Olga Sánchez Cordero. Con sus publicaciones e investigaciones, la reportera de Puebla esperaba que Mario Marín fuera culpado, pero no fue así.
No se esperaba el fallo de la SCJN, tanto que se tiró en las escalinatas que llevan al Salón de Plenos, quiso calmarse, pero no aguantó más y una lágrima descendió por su mejilla derecha. Y es que también se dedicó a documentar todas las irregularidades del caso. Por ejemplo, en enero de 2007, 10 meses antes de la resolución, publicó que Miguel Quirós Pérez, consejero de la Judicatura Federal, desapareció diversas pruebas que evidenciaban la violación de las garantías individuales de la periodista por parte de Mario Marín.
La corrupción del Góber precioso
Selene Ríos también le siguió la huella a la corrupción de Mario Marín Torres, pues todo su sexenio estuvo plagado de irregularidades. En 2008 documentó la estafa del gobernador priista al erario poblano, con el Nodo Logístico denominado La Célula, en el municipio de Oriental, que, según el mandatario poblano, sería un motor para la economía poblana pues sería un puerto terrestre al que llegarían empresas, comercios y mucho más.
Este “Elefante blanco” tuvo una inversión de 180 millones 877 mil 725 pesos y, para su desarrollo, se expropiaron las tierras del municipio antes mencionado, pagando a los ejidatarios un peso por metro cuadrado; a algunos nunca les liquidaron. Este proyecto fue retomado en la administración de Tony Gali, 8 años después para poner una fábrica militar.
Otro escándalo de corrupción que evidenció Ríos Andraca fue la remodelación de la Vía Atlixcáyotl, obra con la que el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano en el sexenio marinista, Javier García Ramírez se pudo llevar a sus bolsillos 104 millones de pesos, pues la remodelación de la vialidad estaba presupuestada en 390 millones de pesos, y al final tuvo un sobrecosto de 104 millones, dando por resultado 498 millones.
Los excesos de Moreno Valle
También delató los excesos de Rafael Moreno Valle y la forma en que endeudó al estado a través de los PPS (Proyectos para la Prestación de Servicios), mediante empresas que financian y realizan obras, mientras que el estado les paga a lapsos de más de 20 años dicho financiamiento. Como el caso del Centro Integral de Servicios, cuyo costo fue de mil 200 millones de pesos a pagar en 24 años con una iguala anual de 161.1 millones de pesos, que se traducen en un total de 3 mil 825 millones.
De la misma forma, documentó la corrupción en la construcción de las ciclovías como en el caso de la Atlixcáyotl cuyo costo fue de 62 millones 465 mil pesos, beneficiando a una de sus empresas favoritas como Corporativo de Pavimentos AC20, la cual fue creada en 2010 y a pesar de no tener experiencia fue beneficiada con jugosos contratos.
También evidenció la deuda que heredó Moreno Valle con obras como el Museo Internacional del Barroco, la Estrella de Puebla, así como el exceso de su publicidad en su proyecto de cara a la Presidencia de la República.
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