Con la novedad de que Amanda Gómez sigue haciendo de las suyas en la Auditoría Superior del Estado. No hay nadie que pare sus abusos de poder y autoridad, tanto que hace unos días despidió a 4 personas entre ellas don Esteban, un señor que llevaba 30 años trabajando ahí y que llegó desde su servicio social.
Pero eso no es todo. Ni siquiera ha podido o querido finiquitar a las personas que fueron despedidas en agosto pasado y solo las trae de vuelta en vuelta, pero nadie les da solución, hasta tratan mal a todos estos ex trabajadores.
Pero los abusos no paran ahí. Resulta que en diciembre cada empleado de la ASE tuvo que pagar su cubierto o platillo para la cena de fin de año, fueron 350 pesos por persona, pero con el fallecimiento del gobernador Miguel Barbosa Huerta se suspendió la cena.
Lo malo es que ni siquiera le han devuelto el dinero a los trabajadores que ya la habían pagado, para variar también los traen a vueltas, y dirán solo son 350 pesos, pero imaginen de cuánto dinero no se trata si suman la cooperación de todos los trabajadores.
Además, es su dinero y se los deben regresar, pero ya no les extraña a los empleados de la ASE que les den largas, es más ya decidieron olvidarse de ese dinero, saben que ya no lo volverán a ver, pero al final eso es peor para Amanda porque no tiene la confianza de sus colaboradores.
Y ahora hasta les quitan los celulares a todos los que entran, pues los directivos, jefes de área y todos los allegados a Amanda, tienen miedo de que sean grabados. Imaginen el terrorismo laboral que se vive en la dependencia.
Y mira Amanda, ya que tienes tanto dinero para despilfarrar, deberías de donar los escritorios tipo Call Center que compró la ASE y que están arrumbados en la sala de capacitación.
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