La delgada línea entre el activismo y el oportunismo

Por los pasillos del Congreso del Estado camina una diputada del PAN que ondea su cabellera negra de un lado al otro, que ha tomado la bandera del feminismo, pero ahora sus compañeros se dan cuenta que solo se ha colgado del tema.

No solo los diputados se dieron cuenta de ese falso activismo. También las organizaciones no gubernamentales, una en particular y de mucho peso a nivel nacional.

Ya nadie le cree, bueno solo unas cuantas personas que le siguen el juego. Resulta que esta diputada se enojó porque el PRI presentó desde hace meses la Ley Ácida.

Para elaborar su iniciativa pidió el apoyo de la Fundación Carmen Sánchez, la primera a nivel nacional y mundial para combatir ese tipo de violencia. Eso causó la ira de la diputada que cree que es la única con derecho de abanderar las causas de las mujeres.

No aportó nada, no trabajó en nada, pero eso sí, se colgó de María Elena Ríos para jalar reflectores. Y en la sesión del Congreso de la semana pasada, fue la causante de todo el relajo que se armó y propuso que la Ley Ácida en Puebla llevara el nombre de la saxofonista.

Por supuesto Carmen Sánchez se molestó con esta diputada porque solo se colgó del tema. Doña Carmen ya no le cree a esta legisladora y lamentó que hiciera menos a las tres poblanas víctimas de este tipo de violencia, solo porque no son mediáticas como María Elena.

Estimados amigos, no se dejen guiar por las apariencias. Hay una línea muy delgada entre el activismo y el oportunismo. Ella es la cara del segundo.

Los amantes del poder

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Yonadab Cabrera Cruz

Yonadab Cabrera Cruz

Inició como reportero en 2007 y ha cubierto temas políticos, de medio ambiente así como sociales. Cuenta con dos maestrías: la primera de ellas en Mercadotecnia y Publicidad y la segunda en Desarrollo...