El delito del padre Rafa

Este padre Rafita resultó ser un angelito de lo peor como diría mi amigo Miguel Barbosa. Ya nadie le cree y se supone que los sacerdotes no deben mentir, robar ni traicionar.

Vaya, son los primeros que deben evitar cualquiera de los 7 pecados capitales o cualquiera que haga que le claven más los clavos a Cristo. Pero el padre Rafita salió muy vivaracho y sinvergüenza.

No solo hace proselitismo político en la catedral, parroquia o basílica de San Martín Texmelucan, también como los judíos en aquellos tiempos cuando Jesús andaba en la tierra, permite que los vendedores se instalen en el atrio.

Sí, los dejó que los ambulantes se pusieran a vender todo tipo de productos en el atrio de la iglesia, claro a cambio de una módica cantidad. Y en este caso no había un Mesías para que los corriera a latigazos, pero sí un Ayuntamiento muy estricto con la ley que multó al padre Rafita.

De hecho, en lo particular nunca antes supe de un gobierno que haya multado a la iglesia, vaya desde las Leyes de Reforma, bueno estoy exagerando, pero no se me viene a la mente algún conflicto reciente de estado- religión, pero los debe haber.

El padre Rafita, como lo conocen sus feligreses acudió muy gustoso a la Arquidiócesis de Puebla, pensó que el arzobispo, Víctor Sánchez lo iba a salvar pero no fue así, ni siquiera le dio una respuesta.

Y es que todos saben que ha cometido muchos pecados o como diría mi abuelita “Ha hecho cosas buenas que parecen malas”. Y le recuerdo que la maldad es cosa del diablo.

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Yonadab Cabrera Cruz

Yonadab Cabrera Cruz

Inició como reportero en 2007 y ha cubierto temas políticos, de medio ambiente así como sociales. Cuenta con dos maestrías: la primera de ellas en Mercadotecnia y Publicidad y la segunda en Desarrollo...