Primo Juan José, te recuerdo con cariño.
Te recuerdo aquel día que pasamos muchas horas juntos, yo ya tenía un año viviendo en la Ciudad de México y me fuiste a visitar en mi nueva dirección en la colonia Guerrero.
Platicamos toda la tarde, llevaste la combi guinda del tío Quique. Era 1993, estábamos iniciando nuestros 20 ‘s, hablamos de política, familia, fútbol, educación, música, mujeres y todo aquello que nos interesaba.
Siempre tenías muchos datos de la actualidad.
Me invitaste una hamburguesa del McDonald ‘s, todo un manjar en aquellos años.
Pero el centro de nuestra conversación siempre fue nuestro futuro, en ese momento el mundo era nuestro.
Tomaríamos nuestra parte, teníamos nuestros sueños.
Ese día en particular tú querías ser médico y estabas ya en la Escuela Superior de Medicina (ESM). Poco tiempo después nos hicimos adultos.
Poco coincidíamos, pero ese día lo recuerdo con total nitidez, esa conversación me giró por la mente muchos días después.
Hoy ya no estás.
Pero te agradezco profundamente ese tiempo compartido y lamentaré por siempre no haber tenido más conversaciones así de relevantes.
Adiós primo, descansa en paz.
Benito Jiménez, pronta resignación.
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