Sin proyecto ni el mejor de los libros ayudaría a transformar a nuestro país

Sobre la polémica en la propuesta (ya impresa) de los contenidos de los nuevos libros proporcionados por el gobierno para el ciclo 2023 – 2024 y que se distribuyen en todas las escuelas del país, creo no hay tanto de que preocuparse ¿por qué?

Si realmente, amigo lector, el modelo y proyecto educativo actual de nuestro país estuviera construido para impactar a los estudiantes y formarlos dejando de ocupar los últimos lugares a nivel mundial en desempeño escolar que traemos desde hace muchos sexenios, entonces sí, sería oportuno hablar acerca de la validez de estos textos.

Lamentablemente, el antecedente histórico del derecho a la educación en nuestro país ha estado regido como un método de control desde hace décadas y por ello es que el modelo esté diseñado para que nuestros estudiantes sean de bajo nivel y no lo digo a título personal de manera subjetiva, las estadísticas lo señalan, ya que México actualmente ocupa la posición 102 de 137 países evaluados en materia educativa según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

Saltar al paso B sin pasar por el A

Al informarme sobre este contenido y “su intención” veo este esfuerzo como pensar en ir al punto B sin pasar por el punto A, lo explico de mejor manera, ¿cómo quieres influenciar a una sociedad cuando ésta no lee, cuando tienes un alto porcentaje de analfabetismo funcional en las aulas? y aunque las estadísticas te dicen que leen lo cierto es que lo hacen, pero sin comprender y con nulo pensamiento crítico. Con este contexto ¿habría de preocuparnos sobre estas nuevas temáticas?

¿De qué sirven estos contenidos polémicos si de todos modos no existe capacitación en los maestros para transmitirlos?, en muchas escuelas seguimos encontrando docentes con metodologías arraigadas en un modelo pre – digital siendo incapaces de contener la manera en la que los alumnos manifiestan sus inquietudes debido a la sobre – exposición de contenidos en medios digitales, mismos que les atraen mucho más que un libro de texto, o que incluso, utilizan más para aprender que los recursos que la escuela o el gobierno pueda presentarles.

Es más ¿cuántos mexicanos confían en la educación y los resultados que pueden obtener de ella?, sobre todo pensando en zonas rurales en donde ir a la escuela es sólo un requisito, pero la mentalidad de los alumnos está en trabajar en el campo u otras actividades.

Si se trata de fomentar el nacionalismo, el camino es por otro rumbo

Si lo que se trata es de infundir el nacionalismo ¡hagámoslo de la mejor manera y más efectiva!, enseñemos a nuestra sociedad a amar a su país, devolvamos las clases de civismo y démosles el papel protagónico que deberían tener para precisamente enseñarnos a reconocer lo que nos hace ser mexicanos y trabajar como sociedad para fortalecer nuestra identidad, es absurdo tratar de infundir el nacionalismo reescribiendo nuestra historia en cada edición de textos, ¡pongámonos de acuerdo la versión de la historia que queremos transmitir para lograr ese amor por nuestro país!

Antes de pensar en los contenidos, trabajemos las metodologías y un correcto rendimiento en los estudiantes, fortalezcamos el proyecto para alcanzar mejores sitios a nivel mundial y cuando logremos esto que es el paso A entonces sí, sentémonos a discutir el paso B que es hablar de los contenidos, pero sin proyecto, aunque sean los mejores temas del mundo la situación seguirá como hasta ahora.

Continúa escuchando, viendo y leyendo más de mi contenido en @danielfajardomx (Facebook y Twitter), Daniel Fajardo Presenta (Spotify) y por supuesto en www.danielfajardo.mx y Derecho de Réplica.

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Daniel Fajardo

Daniel Fajardo

Comunicólogo reconocido por el Ayuntamiento de Puebla como “Poblano distinguido”. Productor de contenidos para espacios de prensa, radio y medios digitales, los cuales utiliza para la difusión de...