He tenido la oportunidad amigo lector de realizar en distintos medios muchas entrevistas de “temporada” sobre diversos eventos culturales que van, citando algunos, desde tradiciones hasta platillos propios de la gastronomía. Y me he asombrado de la enorme variedad de historias que rodean a estos temas y reconocer el papel que tenemos para hacer cultura.
Iniciemos para ejemplificar con la gastronomía y tomo por ejemplo los Chiles en Nogada, existe la tradición de una receta original que proviene de los historiadores, pero también existe una versión muy válida de muchas personas que por costumbre han ido preparando este platillo generación tras generación y todavía de forma más particular, se encuentran versiones muy válidas en cada cocina de cada hogar.
Observo la misma situación quizás con otras festividades como la colocación de altares en el Día de Muertos y los festejos de la Navidad. Todos somos agentes culturales porque al celebrar un evento de este tipo transmitimos el valor de una tradición que más que simple historia nos demuestra que la cultura está más viva que nunca.
Una cultura viva en riesgo de desaparecer
Por supuesto aunque cada familia puede construir cultura también puede destruirla, ¿cómo? cuándo hacemos las cosas en “piloto automático” es decir, cuando celebramos algo más por el tener que hacer. Y esto es muy común, colocamos un nacimiento simplemente por ponerlo y ni siquiera reflexionamos sobre ¿qué piezas colocar?, o lo mismo en los festejos de Día de Muertos y el tradicional pan de muerto u hojaldras. Reconozco que como algo vivo, la cultura irremediablemente se irá transformando pero una cosa es irla adaptando a los tiempos actuales y otra que pierda su sentido. Siento que éste es el mayor daño que podemos hacerle, cuando hacemos algo sin entender su significado, ahí sí podemos decir que la cultura ha muerto pese a que se realice año con año.
Otro riesgo por supuesto ocurre cuando modificamos una idea sin medir las consecuencias de este “mestizaje” actuando de manera irresponsable sobre todo con tradiciones que sean propias de nuestro país y que en esa transformación que no es una evolución, su sentido original pierda su valor al grado de poco a poco llegar al olvido. Piense amigo lector en tantas manifestaciones culturales que sin lugar a dudas existieron hace mucho tiempo y que hoy muy poca gente celebra, historias de algunos barrios o comunidades fuera de la ciudad que quizás hace años eran eventos muy importantes y que en la actualidad nadie valora.
Una nueva manera de hacer cultura
Mi invitación amigo lector para esta temporada que inicia con los Chiles en Nogada y que continuará con festividades tales como la Independencia, Día de Muertos, Navidad y todas las demás que se puedan celebrar, de forma individual o en familia, dedicar tan sólo unos minutos, ni siquiera es tanto, para leer (eso sí de fuentes confiables) artículos sobre la festividad que piensa celebrar, es más, no sólo de forma previa para mirar de una manera un tanto distinta el evento que vaya a celebrar, sino también, platicarlo en la sobremesa, charlar sobre las distintas versiones quizás de una tradición y encontrar ese sentido a las cosas que hacemos. Nada de lo que le propongo es aburrido o tedioso, estoy seguro que tanto para usted como para sus familiares y amigos con quienes haga este ejercicio resultará algo agradable y entretenido porque la cultura y el arte es eso, diversión, festividad y unidad. Por ello la invitación para que a partir de la tradición de los Chiles en Nogada o la que usted guste después de leer este texto, le invite a asumir el reto de ser un agente activo de la cultura y verá como cada festividad que realice, cada lugar que visite (porque también nuestras ciudades están llenas de historia), cada baile o música que escuche, las apreciará desde otra perspectiva que le ayudará a entender la importancia de promover y transmitir estos valores hechos cultura y tradición.
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