Este 22 de abril conmemoramos el Día de la Tierra, fecha que conforme avancen los años irá ganando, aunque no queramos verlo, una mayor importancia. La razón es simple, los daños que hemos causado al planeta impactarán cada vez más en nuestras formas de vivir, el tema del calentamiento global no es un asunto que deba mirarse como algo que heredaremos a generaciones futuras, estamos viviendo en la actualidad de forma muy severa los impactos de este tema.
El problema estimado lector que nos impide ser más sensibles con esta situación, es que nos hemos acostumbrado a vivir en crisis, miramos el cambio climático y poco a poco en nuestra mente hemos empezado a normalizar la situación, esto por supuesto es una terrible venda para nuestros ojos, dicen por ahí que “no hay peor ciego que el que no quiere ver” y mirar como algo cotidiano e inevitable todos los impactos debido a esta situación ambiental, es sin duda uno de los problemas más graves a los que nos estamos enfrentando.
Por mucho tiempo el discurso, que incluso se ha heredado, tenía como principal argumento el dejar un mundo para las siguientes generaciones, lamentablemente esa motivación ya es atemporal, no nos alcanzará la vida a ésta y muchas generaciones futuras para revertir la situación, de forma egoísta tendremos que pensar en nuestro presente y fungir un papel más protagónico para sobrevivir hoy.
Menos política y más acción
En muchas ocasiones me he manifestado contra las reuniones que los grupos conformados por los países más poderosos del mundo realizan proponiendo acciones de hacer cambios en la manera de producir a 10 años, es decir, aunque practiquemos acciones que hagan que haya reducciones en los contaminantes, por citar alguna acción, son 10 años aun los que seguiremos dañando el planeta. ¡Qué frustración!, ¡Reconozco que los países de manera tardía toquen estos temas en las cumbres ambientales por el planeta pero qué frustrante es ver que las soluciones quedan muy cortas!
Lamentablemente las generaciones pasadas pensaron en un modelo económico a costa del tema ambiental, los gobiernos en la actualidad se encuentran con las manos amarradas para realizar cambios a corto plazo cuando las economías están demasiado ligadas a esta situación.
Veamos, por citar un ejemplo, las políticas que ocurren en nuestro país en nuestro presente, y el impacto que haremos a nuestro legado ambiental en el futuro cuando no invertimos en energías renovables o cuando continuamos acabando con la flora y fauna de muchas regiones en nuestro México. ¿De qué servirían estas ideas de modernidad cuando el contexto ambiental entre a una crisis mayor y nuestros problemas no sean lo que podemos hacer con un combustible o con una vía rápida?, créame estimado lector, cuando eso ocurra muchos de los alcances que se buscan lograr con estas decisiones dejarán de valer cuando la crisis ambiental nos obligue a pensar en otras cosas.
Todo es equilibrio
Para llegar a una idea de sustentabilidad no podemos hablar solamente del cuidado al medio ambiente sino también de una sociedad con valores para coexistir en primer lugar con el medio que le rodea y en segundo lugar entre nosotros. La ola de crímenes que azota a nuestro país es alarmante, la impunidad con la que se asesina y la falta de dignidad con la que se desechan los cuerpos es simplemente inhumano.
¿Cómo podemos hablar de buscar un equilibrio con nuestro entorno si como sociedad no logramos hacerlo?
El tiempo apremia ¡nos urge evolucionar! sólo así tendremos la madurez de entender lo que sucede en nuestro entorno, solo así maduraremos como sociedad y será éste el estado ideal para poder construir una solución para el planeta que lamentablemente no viviremos pero sí podremos heredar al mundo como un legado.
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