Algunas versiones apuntan que las amenazas y amagos que han recibido Mario Riestra Piña y Eduardo Rivera Pérez se pretenderían utilizar para judicializar la elección.
Eso nunca va a suceder.
Si bien el allanamiento al conjunto habitacional de Rivera se muestra como un tema en extremo delicado por los testimonios de las vecinas, el tema no corresponde a tribunales electorales.
La agresión criminal -indiscutible e inapelable-, es motivo para una profunda investigación que ya está en manos del primer círculo de colaboradores del Fiscal Higuera Bernal.
Desde este momento podemos adelantar que las indagatorias tendrán la misma severidad y rigor que vimos en el caso de Cecilia Monzón.
Si en algún momento los hechos fueron parte de un “montaje”, así lo demostrará la dependencia. Por el contrario, si el allanamiento tuvo la intención -como se afirma-, de perpetrar un homicidio, también se acreditará.
En cualquier escenario es un tema que incumbe a la fiscalía, no a tribunales electorales.
No existe siquiera la sombra de una posible judicialización.
La contienda por la gubernatura arrojará una diferencia mayor a los diez puntos porcentuales. En ese contexto no cabe la posibilidad de recurrir a instancias jurídicas para apelar los resultados.
Ya hemos abundado sobre este primer punto. A nivel nacional Morena se mantiene como una fuerza hegemónica; el partido guinda es el aliento del presidente López Obrador a quien millones de mexicanos siguen viendo como una figura “cuasimítica”.
Es cierto que en un país terriblemente polarizado sus detractores también se cuentan por millones, pero hasta el momento no tienen posibilidad de rebasarlo.
En segundo lugar Rivera Pérez es una figura cuya influencia está centrada en la ciudad de Puebla; su presencia en las regiones del interior es menor.
Y en tercer lugar los años del morenovallismo dejaron una base militante panista menguada y lastimada por las decisiones caprichosas y arbitrarias que tanto le gustaban al entonces “jefe de la banda”.
En este contexto la elección arrojará una diferencia superior a los diez puntos lo que impedirá cualquier alegato judicial.
Donde si puede ocurrir un conflicto poselectoral es en el municipio de Puebla.
Desde este momento se deben seguir con detenimiento las declaraciones tanto de Riestra como de Chedraui porque en la Angelópolis si puede darse una colisión que termine en tribunales.
En la ciudad de Puebla y juntas auxiliares los ánimos están subiendo de tono como pocas veces habíamos visto en la historia reciente.
Pese a que algunas empresas encuestadoras muestran diferencias casi abismales, en las calles de la urbe se puede percibir que los márgenes no son tan amplios. Los hechos nos muestran que veremos una elección muy cerrada, con un final de fotografía.
Tanto Riestra como Chedraui han hecho declaraciones y expresiones acaloradas que muestran ímpetus que se desbordan.
Es evidente que la batalla por llegar al ‘Charlie Hall’ está hirviendo.
La gran batalla electoral se libra por la ciudad de Puebla.
Estaremos más que atentos.
Como siempre quedo a sus órdenes.
X @CupulaPuebla
cupula99@yahoo.com
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