El ideario político de José Candelario

Estamos ante un galimatías, un caos, un desgarriate nunca antes visto. Jamás habíamos presenciado esta cadena de pifias, tropiezos, yerros y ocurrencias.

Ahí están los capítulos protagonizados por Paola Migoya, Mónica Rodríguez Della Vecchia, María de la Barreda Angón, Guadalupe Cuautle Torres, esposa de Edmundo Tlatehui y más recientemente el audio escándalo de Paola Angón con un léxico que ni siquiera Mario Marín utilizaba.

La actual clase política un día dice algo y al siguiente declara lo contrario; un mes están en un proyecto y después se cambian de bando.

Cambian de “convicciones” como cambiarse de zapatos.

En realidad estamos ante el proceso de las pifias. Son agentes que están siguiendo el ideario político de José Candelario; si por supuesto nos referimos a “Tres Patines” que durante décadas protagonizó una comedia de enredos que hicieron reír los hogares de toda América Latina.

Hoy estamos viendo la misma dinámica, pero en la escena local.

Esto solamente representa una clase política que no tiene congruencia, ni solidez ideológica.

En horas recientes la presentación de Javier Lozano Alarcón y José Juan Espinosa Torres desató el escarnio generalizado toda vez que en un pasado reciente eran públicos adversarios.

Lozano representa una voz beligerante, aguerrida, pero sentarse al lado de Espinosa es un despropósito. Esas contradicciones e incongruencias le quitan seriedad al ya menguado debate.

Subrayamos estamos ante la jornada de las pifias y tal parece que el proceso continuará en el mismo tenor de “La Tremenda Corte”.

Esto es lamentable porque solamente decepciona al electorado. Los grandes sectores sociales reprueban esos sesgos y vaivenes que reflejan oportunismo y en muchas ocasiones la más descarnada codicia.

Así como el audio entre Mario Marín y Kamel Nacif goza de cabal vigencia, de la misma forma Paola Angón llevará a cuestas las lamentables expresiones que circulan y que tardó varias horas en desmentir.

Que pena.

En San Miguel Eloxochitlán surge otro cacicazgo familiar

Hace unos días fue destituido Rodolfo García López alcalde de Coyomeapan. Sin embargo el trasfondo es terriblemente escabroso.

La versión extraoficial afirma que su esposa Araceli Celestino Rosas negoció dicha renuncia a cambio de una diputación local por el distrito de Tehuacán.

La sola mención de un canje de favores de esa magnitud se muestra como una aberración.

Sería abominable que después de todos los crímenes y asesinatos ocurridos en Coyomeapan y que llevaron al levantamiento de un pueblo indígena, ahora se premie con una curul local a la matriarca del cacicazgo.

En la región se sabe perfectamente que Araceli Celestino es protegida de Lizeth Sánchez García.

Ojalá la vocería de Morena pueda aclarar si se contempla entregarle una diputación a la señora del cacicazgo caído.

Pero mientras tanto se debe apuntar que en el municipio de San Miguel Eloxochitlán ya está surgiendo otro cacicazgo exactamente igual; entre parientes.

Ahí el poder se lo reparten los hermanos Honor y Delfino Hernández.

Para este proceso electoral 2024 pretenden entregar la estafeta a la esposa de Delfino, Marisol Trujillo Bolaños.

Los hermanos Hernández intimidan a la población indígena a través de su director de Seguridad Pública municipal Isaías Carrera que con un grupo de pistoleros detienen de manera arbitraria a pobladores para acusarlos de delitos inexistentes.

Los gatilleros se hacen pasar por “policías ministeriales” y cobran a las personas cantidades de 10 a 20 mil pesos para dejarlos en libertad.

Aquí están algunas fotografías de los sedicentes policías que actúan al margen de la ley en una población enclavada en lo más profundo de la Sierra Negra.

Hace años el municipio de Eloxochitlán fue refugio de grupos criminales cobijados por el edil Leoncio González Mendoza alias “La marrana”.

Leoncio, Ignacio “Nacho” Salvador y los hermanos Araceli y David Celestino eran las cabezas de un grupo de ediles con oscuros nexos. La población los señalaba como “El Cártel de la Sierra Negra” y están a punto de entregarles una diputación local.

Repetimos, a punto.