El secuestro y asesinato del agente de la Guardia Nacional, Isauro Guerra Victoria en la Central de Abasto en Puebla es todas luces un escándalo.
Un elemento de las fuerzas federales ingresó, se le retuvo junto a otros dos compañeros suyos que escaparon y después fue molido a golpes.
Su cuerpo, horas después, fue arrojado en terrenos de La Resurrección.
¿Quién ordenó esto? ¿No sabían con quién se metían?
Los comerciantes de la Central de Abasto publicaron un mensaje el viernes 25 de agosto que ocurrieron los hechos deslindándose y también un comunicado más profundo un día después.
¿Si los comerciantes no estuvieron relacionados a estos hechos por qué inicialmente se acusó al cuerpo de seguridad privada que cuida de la Central de Abasto?
Pero además de la lamentable pérdida del agente, el hecho por sí solo no lleva a preguntarnos quién tiene el control del norte de Puebla Capital.
El asesinato del agente Isauro Victoria Guerra, es otro síntoma de lo rebasadas que están las autoridades sobre espacios públicos, como los mercados.
Y a la par también exhibe el poder que llegan a tener las estructuras paralelas que cogobiernan este tipo de sectores.
Porque, seamos honestos ¿quién posee el control sobre la Central de Abasto?
En la Central de Abasto puede comerciarse de todo y además es tierra de nadie.
En las naves pueden construirse subterráneos en donde se podría guardar cualquier cosa.
Y cuando decimos “cualquier cosa” eso podría incluir historias de mercado negro y algunas que darían escalofrío. Y si ya hemos tenido una narcofosa en el Mercado Morelos y una pareja fue enterrada prácticamente a los ojos de los compradores de La Cuchilla, ¿qué se podría esperar de la Central de Abasto?
¿Por qué las autoridades salen a recomendar a los comerciantes no aliarse con delincuentes y denunciar lo que sepan tras el asesinato del agente de la Guardia Nacional?
¿Qué se esconde en la Central de Abasto que tuvieron que silenciar al agente con la muerte?
¿Qué saben las autoridades que no nos están diciendo?
Y también, qué errores de cálculo hubo en el operativo de Inteligencia de los elementos que entraron sin precaución.
O los agentes de la Guardia Nacional no calcularon la fuerza con la que podían ser recibidos o los mandaron al matadero.
Hasta el momento no se aclara qué investigaban los agentes de la Guardia Nacional, pero cerca de donde se les retuvo existe una bodega clausurada por la Fiscalía General de la República gracias a la investigación por un delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita (ORPI).
El hecho es, que quien esté detrás del homicidio del agente de la Guardia Nacional pisó terreno muy delicado. Y las autoridades federales están analizando las líneas de investigación que relacionarían a este hecho con narcomenudistas del norte, quienes se han vuelto muy poderosos.
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