Marco Aurelio Ramírez, un adiós  

Es horrible tener que escribir la noticia del asesinato de un amigo tuyo.  

Alguien a quien hayas conocido, que te inspiró, con quien intercambiabas buenas charlas. 

Ya me pasó tres veces: Agnes Torres, Cecilia Monzón y ahora Marco Aurelio Ramírez. 

En una de tantas ocasiones que vino a ver a Selene Ríos a Puebla yo estaba de huelemoles. Y él apareció. Era un tipo super bonachón, alguien evidentemente apasionado del periodismo de nota roja. Pero me impresionó el ánimo colaborativo que tenía. Algo raro entre los periodistas que siempre se enclaustran en sus mentes y jamás comparten “su exclusiva”, “su nota de ocho”. 

Marco Aurelio jamás fue así. Te exponía un caso. Te decía lo que tenía, los testimonios y toda la información alrededor. Después preguntaba cómo mejoraba eso. Te pedía tu opinión y escuchaba paciente. 

A partir de mi llegada a CENTRAL y la eventual apertura de PÁGINA NEGRA nuestras charlas al teléfono se volvieron continuas. 

A veces hasta rutinarias como corresponsal de Tehuacán. En ocasiones había que marcarle porque había información de la que tenía carnita pero el trajín en tierras tehuacaneras y su familia, a la quien siempre puso por delante, le comían las horas. 

Mínimo una vez a la semana tenía algo que relatar, un buen reporte o un tip que podía pelotear con las fuentes en Puebla Capital. Cerrábamos temas con lo que ambos conseguíamos. Pero él era una fuente inagotable. 

La destreza a la hora de conseguir datos de buena fuente, totalmente comprobables y obviamente publicables, venía de todos los contactos que tenía.  

Siempre había alguien que le informaba. Siempre. Algún funcionario, un abogado, un delegado de Gobernación, un familiar de una víctima, un empresario, un policía.  

Siempre tenía una fuente de primera mano. 

Pero también, siempre tuvo amabilidad desbordante. Muy buena plática y datos que no siempre publicaba. Pienso yo, por seguridad.  

A pesar de que dejó de colaborar en CENTRAL, provocó que en la redacción nos mantuviéramos alertas por lo que ocurría en la región, en la Sierra Negra.  

Sí, Marco Aurelio Ramírez llegó a ser muy buen amigo de Miguel Barbosa y eso también fue parte de su ingreso a la vida pública en el área de Gobernación Municipal en Tehuacán, primero con Felipe Patjane y después con Andrés Artemio Caballero.  

El año pasado estuvo presente en el aniversario 10 de Periódico Central y en la presentación de “La Desilusión de Dios”, el libro de Selene Ríos sobre el cura pederasta Nicolás Aguilar. Historia en la que fue importante el acompañamiento de Marco Aurelio Ramírez. 

Marco Aurelio estaba emocionado por el logro de su amiga, aunque este fuera póstumo. Se llevó varias copias.  

Todavía nos volvimos a ver en un par de ocasiones. Cuando volvía a Puebla llamaba para acordar el punto medio en donde nos veríamos. La última vez fue en la Taquería La Oriental del Centro Histórico de Puebla. Detrás del pasaje del Palacio Municipal.  

El tema de la plática fueron los cambios ocurridos en el periódico y lo que venía. Él seguía incrédulo en lo ruda fue era la relación entre los medios de Puebla y el entonces gobernador Miguel Barbosa a finales del 2022.  

Entre los tacos árabes y el jocoque, la conversación pasó a un tema que también fue recurrente para él. La violencia en Tehuacán le preocupaba. Le preocupaba los agentes que la provocaban desde fuera del municipio y que muchos de ellos estaban relacionados con mafias enquistadas en municipios de la Sierra Negra.  

De esas mafias hoy ya está en prisión Ignacio Salvador, el alcalde de Ajalpan. Pero también le preocupaba la fuerza de personajes como Leoncio González Mendoza, alias “La Marrana”, expresidente de Eloxochitlán. 

Nos despedimos esa ocasión con la promesa de que algo debíamos de organizar en Tehuacán para presentar “La Desilusión de Dios”, el libro de Selene Ríos en esa región. Él bromeaba sobre las ocasiones que los corrieron a pedradas de varios pueblos cuando indagaban sobre el paradero de Nicolás Aguilar.  

La presentación ya no se hizo. Y en caso de que se retome, tanto Marco Aurelio como Selene nos acompañarán en espíritu. 

El homicidio de un amigo jamás será motivo de congratularte, ni el pretexto para que te bañes de likes en las redes sociales. Jamás quieres tener en tus manos la historia de su muerte. Jamás. Te conviertes en ave de mal agüero. 

Sí, seguramente las investigaciones de la Fiscalía General del Estado ya arrancaron.  

¿Pero cuándo tendrá justicia la familia de Marco Aurelio Ramírez? 

¿Cuándo tendrá paz la gente de Tehuacán?  

¿Pedro Tepole seguirá con el desgobierno del segundo municipio más importante del estado? 

Las preguntas sobran.  

Lo que nos falta es la certeza.  

Nos queda más incertidumbre, pero no por eso no vamos a dejar de preguntar. 

Por él y por todos y todas los que nos faltan.  

Por toda la justicia que urge que llegue. Algún día. 

Desde Periódico Central mandamos abrazos y nuestro pésame a la inseparable familia del querido Marco Aurelio Ramírez.  

Marco Aurelio Ramírez, un adiós
Esquela de Marco Aurelio Ramírez. Creditos: Especial

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