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La iniciativa para mejorar los anexos en Puebla y evitar abusos contra los internos, requiere que los cuidadores reciban capacitación psicológica. Que se mejore el plan alimentario y que las autoridades realicen inspecciones cotidianas para que estos centros cumplan con un trato digno.  

Con la reforma integral para la regulación de anexos detenida en el Congreso del Estado de Puebla, existen distintas propuestas de mejora que los sectores involucrados consideran que deben aplicarse.

Para Danelly Buenfil, una de las representantes de la organización Centros de Rehabilitación del Estado de Puebla, es urgente mejorar el plan alimenticio de los anexos. Pues es frecuente que los guías o “padrinos” asuman los costos de quienes son abandonados. Lo cual se vuelve complicado dependiendo de la cantidad de personas bajo sus cuidados. 

Considera que las autoridades podrían buscar la manera de establecer un convenio con empresas u otros comercios que apoyen con insumos alimenticios a los centros de rehabilitación, que así lo requieran.

Mejoras en las condiciones de los anexos

Las condiciones de las estancias también son un eje prioritario, ante la cantidad de anexos que ofrecen condiciones deplorables. En este punto, Danelly Buenfil marca una amplia diferencia entre los anexos y las clínicas contra adicciones. Pues estas últimas ofrecen un mejor trato, al ser espacios más costosos.  

Explica qué, las pésimas condiciones se deben, principalmente a que los anexos solo piden “una cuota de recuperación”, que frecuentemente no rinde para un mayor mantenimiento. 

No es algo con lo que se pueda mantener a una persona o un lugar en excelentes condiciones. Por eso, los anexos son lugares en los que a lo mejor no duermes en un colchón, pero duermes en una colchoneta. O, por ejemplo, en una clínica hay literas, y hay anexos en los que literalmente duermes en el piso con una cobijita y nada más”.

Con sus años de conocimiento en el tema, expone que, en muchos casos, los pacientes no reciben un tratamiento psicológico adecuado por la poca preparación que tienen los administradores. Los “padrinos”, solo pueden compartir su experiencia como método terapéutico. 

Son personas que comparten su experiencia, que a lo mejor se drogaron algún tiempo y se alcoholizaron durante un tiempo y ya llevan años en sobriedad, pero realmente no tienen algo más profesional para poder guiarte de mejor manera”. 

Por ello, subraya la importancia de que la reforma que aguarda en el Congreso del Estado, siga firme en capacitar al personal de dichos centros: “Siento que eso ayudaría mucho”. 

Capacitación y planes alimenticios, las mejoras que requieren los anexos de Puebla
Danelly Buenfil expone deficiencias de los anexos de Puebla. Creditos: Especial

Los errores de la cultura del sufrimiento

La prevalencia de una cultura del escarmiento es otro de los factores fundamentales por el que no mejoran las condiciones de muchos anexos.  

Hay espacios donde “te manifiestan que eso es parte del proceso para que puedas valorar a lo mejor la parte de que todo tienes en casa, y que pues acá todo tienes que valorar”. Sin embargo, ella no considera que el sufrimiento sea un método completamente efectivo, pues depende de las condiciones psicológicas y culturales de cada paciente.  

Si tú a una persona depresiva la tratas mal o con groserías, pues obviamente no le va a funcionar. Pero si a una persona soberbia o egocéntrica de pronto le dices groserías, a lo mejor no va a querer suicidarse como un depresivo”. 

Con la intención de evitar las agresiones, destaca que las autoridades deben elaborar un protocolo para acudir y entrevistar a los internos sobre las condiciones que padecen. En ocasiones, el maltrato nace de la propia voluntad de los trabajadores y voluntarios. 

A veces, los guías o líderes no están presentes en sus centros de rehabilitación, y al dejárselos en manos de personas que a lo mejor ya llevan un proceso un poco más avanzado (…) Son personas que a veces tienen problemas mentales también y obviamente ese tipo de personas a veces hacen abusos y es cuando vienen las muertes”. 

Existe un trabajo articulado para evitarlo. La organización a la que pertenece intenta socializar un trato digno en los cerca de 70 anexos en Puebla que la integran. Su presidente, Raúl Méndez, verifica que cada uno de estos espacios tenga óptimas condiciones. 

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La reforma detenida para regular los anexos en Puebla  

El 9 de junio, el exgobernador Miguel Barbosa presentó su reforma para regular los centros de salud mental y anexos. Esto ante las constantes muertes que estaban ocurriendo en estos espacios de reclusión en todo el estado. 

La iniciativa pretendía modificar el artículo 12 de la Ley Estatal de Salud, para que la Secretaría de Salud tenga la atribución de “supervisar, vigilar y controlar que los establecimientos que presten servicios de atención a la salud mental y adicciones cumplan lo dispuesto en la normatividad”. 

También, el artículo 9 de la Ley Salud Mental, con la finalidad de que el Centro Estatal de Salud Mental (Cesam) capacite en derechos humanos y perspectiva de género al personal de instituciones dedicadas a problemas mentales. 

En el caso de los anexos, que el Cesam vigile “la creación, así como el funcionamiento de todo tipo de establecimientos de servicios de salud mental y adicciones”. 

En el artículo 50, se propone que las instituciones públicas y privadas de salud mental y de adicciones eviten discriminación por alguna discapacidad, “atendiendo con respeto de los derechos humanos a las personas internadas”. 

Además, que cada espacio cuente con el personal necesario y capacitado para una atención integral, cambiando la noción de “interno” por la de “paciente”. 

No obstante, el Congreso del Estado no pudo aprobar estas modificaciones cuando la reforma fue discutida el 8 de diciembre. Debido a que primero deben celebrar la consulta ciudadana con los sectores involucrados.

Resolución del Congreso de Puebla

En cambio, los diputados solo avalaron una pena de uno a cuatro años de prisión contra los encargados de centros de salud mental y anexos que incumplan con las normas vigentes. También, se aplicará cuando no tengan licencia de funcionamiento y no estén registrados ante el Comité Nacional contra las Adicciones. 

A esto, se suma una multa de 50 a 200 Unidades de Medida y Actualización (UMAS),+. Lo que equivale a un monto de 4 mil 811 a 19 mil 244 pesos. 

Danelly Buenfil destaca que “definitivamente” los centros de rehabilitación deben seguir en una mejora continua. Queda en manos de los diputados locales robustecer la reforma de Miguel Barbosa Huerta, con la opinión de este sector. Todo, por el bienestar de los pacientes. 

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