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Hablar de poliamorosos no es fácil, mucho menos en Puebla. El sistemático rechazo que existe hacia las diversidades amorosas lleva a quienes lo practican a buscar entendimiento en comunidades de Twitter y Facebook, ante la discriminación de familiares y amigos, y de un estado que aún no los reconoce.

Cada persona llega al poliamor en busca de preservar las libertades y, de igual manera, esta alternativa afectiva es vivida de formas distintas.

Jesús Reyes indica que, al pertenecer a los poliamorosos en Puebla, su práctica ha sido demasiado monogámica. No se ha relacionado sexualmente con alguien que no sea Karina, su novia —nombre elegido para el anonimato—, pese a que tienen un acuerdo en el que son libres de realizar esta práctica.

No es una decisión que tomó de la noche a la mañana. Desde los 20 años, Jesús combatía contra su deseo de relacionarse con otros, no de forma sexual, sino generando vínculos afectivos de todo tipo. Sin embargo, al saber que eso podía herir a su entonces pareja, se restringió al punto de evitar amistades femeninas.

Con el paso del tiempo tomó la decisión de no seguirse limitando, así como tampoco planeaba herir a ninguna novia. Definirse le tardó seis años, hasta que con Karina puso las cartas sobre la mesa. Su promesa fue la sinceridad absoluta. En estas relaciones, la infidelidad no es el acto afectivo-sexual, sino la mentira.

Mi pareja me dice: ‘yo  lo veo de la misma forma’ ¿Por qué? Porque mi pareja siempre fue fiel en relaciones largas, y siempre le fueron infiel. Y entonces ella dice: ‘que quede claro desde un inicio’, para yo no estar perdiendo oportunidades”, dice Jesús en videollamada.

Nancy Liévano cuenta que su curiosidad nació mucho antes de conocer el concepto. 13 años estuvo en un matrimonio tradicional, donde su marido le ocultó múltiples infidelidades, pese a que ella insistió de diferentes maneras para tener las reglas claras.

Tras separarse en 2013, vinieron cinco años de relaciones fallidas. Un artículo español sobre relaciones no monógamas dio entonces nombre a sus inquietudes. Con la convicción de deconstruir el amor romántico, de evitar más fracasos, entró a terapia.

Hay que trabajar mucho en el amor propio, y creo que esa es la base de las no monogamias éticas: trabajar primero en mi amor propio, en mis heridas emocionales, en qué es lo que yo espero para sentirme amada, qué es lo que yo doy para hacer sentir a los demás que los amo, y a partir de ahí y de reconocerlo, reconocer mi libertad y la libertad de mi ser amado”.

En 2020, al inicio de la pandemia de coronavirus, logró establecer su primer “vínculo” con una persona de Cuernavaca y con un joven de Puebla, bajo la estructura de una relación jerárquica, donde ambos tenían conocimiento del otro.

Es necesario visibilizar esta práctica. Es reconocer que hay tantas formas de relacionarse como personas en el mundo”.

Cuando le recriminan que actúa de forma irresponsable al pertenecer a los poliamorosos de Puebla, ella explica que no es de esta forma, pues las dos personas con las que está son conscientes de la existencia del otro.

Derribar las falsas creencias

Jesús asegura que la poligamia no tiene que ver principalmente con una atracción sexual, sino que en ella caben distintos tipos de afectos, como los que se viven en una amistad o hasta de amor platónico: “La ignorancia sobre este tema los lleva a pensar que vas a andar con cualquier persona”.

Tampoco que signifique una falta de compromiso con la pareja, pues prevalece la confianza.

Al calificar la monogamia como un constructo social, señala que las parejas tradicionales suelen ser más polígamas de lo que aceptan. Lo son, mediante la infidelidad.

Hay muchas personas que se dicen monógamas, que terminan engañando a sus parejas”.

Toma como ejemplo una encuesta del sitio de citas hounters.mx —hecha en 2013—, donde se destaca que el 52% de las mujeres entrevistadas confesaron que serían infieles, igual que el 77% de los hombres.

En cambio, Nancy destaca que los celos y la posesión del otro —rasgos que  caracterizan  a la monogamia — se basan en las carencias, siendo algo que combaten las no monogamias éticas, pues “en el amor romántico, de lo que yo carezco y tú abundas, ahí quiero, porque quiero que, de lo que a ti te sobra, me lo des a mí, que me hace falta”.

Por el contrario, asegura que la poligamia nace del “amor consciente”, que se identifica con el bienestar afectivo de la otra persona. Para ello, es elemental la compersión: la capacidad de “sentirme feliz” por el bienestar ajeno.

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El rechazo familiar

Las familias de Jesús y Karina desconocen su acuerdo. Es difícil confesarlo, ante una tradición católica que califica la diversidad como “degeneración”. Solo algunos de sus amigos cercanos conocen la situación.

Estamos en el closet. Amigos cercanos, sí, varios amigos cercanos sí; hermanos, sí, mis hermanos; pero (un prevé silencio y una risa nerviosa) padre y madre, no. Sabes, es algo complicado también”.

La familia de Nancy tuvo que entenderlo “a la mala”. Su madre la acepta, pero prefiere no conocer detalles de su vida amorosa. Incluso, sus amigas más cercanas han desprestigiado su modo de vida. A veces no la bajan de “puta”.

Cuando uno de sus vínculos falleció por covid, “la gente no entendía por qué estaba tan destrozada”, en un ambiente donde, cualquier confesión suya, generaría odio. Pese a ello, mantiene la frente en alto.

Sé que no es fácil y no es para todos (la poligamia). Me siento orgullosa de haber salido del closet y asumirme así, porque no estoy ocultando quién soy y porque estoy pagando el precio de serlo”.

La importancia de una comunidad poliamorosa en Puebla

Nancy creó una comunidad de triejas poliamorosos en Puebla que, a través de Facebook y Twitter, se brinda apoyo y entendimiento, replicando un modelo que ya existe en la Ciudad de México, donde hay una mayor actividad. La idea sale como un refugio contra la culpa socialmente cultivada, contra los señalamientos, los ataques y la discriminación.

Sin embargo, también extreman precauciones, pues existen hombres que, bajo el pretexto del poliamor, “ofrecen” a sus parejas para intercambios swinger. “A eso nosotros lo llamamos búsqueda de unicornios. O sea, buscan a una persona, que sea una trieja, con las reglas de esa pareja”. Detalla que el consumo de cuerpos no es poliamor.

Por su parte, Jesús califica como saludable el grupo de Facebook al que pertenece, pues en ellos, las triejas se desahogan, piden consejos, hablan de sus inseguridades y de los celos. Para los usuarios es útil, pues comparten una “diversidad relacional que no puedes platicar con cualquiera”.

En Puebla, los derechos de esta comunidad están lejos de ser reconocidos, pues diversos diputados locales han externado que no modificarán las leyes para permitir que más de dos personas puedan casarse y acceder a otros derechos y prestaciones, como a la seguridad social de alguno de los novios. Esto, luego de que un juez permitió a un hombre y dos mujeres contraer matrimonio en la entidad, al considerar que las normas actuales vulneraron sus derechos fundamentales a la igualdad, así como a la no discriminación.

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