Agustín y Susana, organilleros de Puebla llevan 45 años alegrando las calles del CH
Agustín y Susana se sienten orgullosos de seguir trabajando como organilleros en Puebla; hace años monos recogían las monedas dadas por las personas
¡Una tradición en peligro de extinción! Don Agustín Galán y su esposa, Susana, llevan 45 años como organilleros en las calles de la Ciudad de Puebla.
A pesar de la innovación tecnológica, ellos se sienten orgullosos de seguir conservando esta tradición musical.
Ya que todos los días comparten melodías alegres como como ‘La Reilera’, ‘Cielito lindo’, ‘La Adelita’, entre otras por las calles del Centro Histórico de Puebla.
Inclusive, portan el uniforme popular de esta profesión de color beige con gorra, parecidos al del ejército de Pancho Villa.
Entre los obstáculos a los que se han enfrentado está la indiferencia de las personas. Sin embargo, hay poblanos y turistas que sí reconocen su trabajo, por lo que los apoyan con unas monedas.
Monos recogían monedas
En entrevista, Don Agustín relató que en Alemania utilizaban a monos para que recogieran las monedas dadas por la gente.
Años más tarde, en México se adoptó pero con monos de peluche, muñeco que le dio un toque encantador al instrumento.
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Más sobre el organilloAnuncio
Este instrumento de viento en forma de caja portátil, consta de una manivela con puntillas de bronce que al ser movidos reproducen hasta 8 melodías.
Fue fabricado en el siglo XVII en Alemania, pero llegaron a México a finales del siglo XIX por los migrantes de aquel país.
Entre ellos por los dueños de la empresa Wagner y Levien, quienes rentaron los instrumentos a los mexicanos.
Para ellos fue una fuente de trabajo al tocarlos en plazas públicas, aunque cada instrumento pesa hasta 60 kilos.
En 1920, los organilleros reemplazaron las melodías europeas, por polkas que se popularizaron por la Revolución Mexicana.
Hoy en día el oficio de organillero continúa en peligro de extinción. Si ves a don Agustín y a su esposa, Susana, en las calles de Puebla no dudes en apoyarlos con algunas monedas para preservar el nombre oficio del organillero.
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