25 de Abril del 2024

Algunas verdades sobre los retos fitness

Por Betzabé Vancini / /
Tú, yo y el Ello...

Para algunos, son el inicio de una vida más saludable o de un cambio positivo en la alimentación. Para otros, son la oportunidad de mejorar sus metas o exigirse más. Sin embargo, hay algunas consideraciones importantes a tomar en cuenta antes de embarcarte en un reto de dieta y ejercicio.

Los retos están muy de moda desde el año pasado, sin embargo, su popularidad se acentuó durante la cuarentena pues le permiten a la gente mantenerse enfocada en una meta y le dan algo de estructura al día. Decidí inscribirme en un reto de ocho semanas para descubrir cuál era la mecánica, de qué se trataba y qué beneficios a la salud física y psicológica aportaba. Aquí te cuento las cosas que descubrí durante el proceso:

– ORIENTACIÓN A METAS: un reto supone que te plantees metas a corto plazo que sean alcanzables con esfuerzo. Esto puede ser de gran ayuda para personas que usualmente están desmotivadas porque “no ven resultados” con su rutina actual.

– ES BARATO: Considerando que lo que vas a obtener es un plan de alimentación y de entrenamiento por varias semanas, el costo es mucho menor que pagar una consulta nutricional o un entrenador privado, pero OJO, lo que recibes es un plan de alimentación genérico que no está calibrado para tus necesidades. En muchos casos, lo que recibes es una dieta de “x” semanas que no necesariamente va a cumplir con tus requerimientos de energía y esto puede producir que bajes de peso de manera acelerada, te descompenses e incluso, te sientas mal.

– LOS RESULTADOS SE REVIERTEN: harás tu mejor esfuerzo durante semanas y posteriormente, cuando vuelvas a tu vida habitual, llegará el temido rebote. ¿Por qué? Porque llevar una alimentación que no está calibrada para tus necesidades la hace insostenible a largo plazo y, al ya no tener la motivación del reto, es más sencillo que la gente sea permisiva nuevamente con lo que come o que deje de ser constante con el entrenamiento.

¿Qué pasa si después del reto sigues con ese estilo de vida?

Esta es la cuestión más grave que quiero platicarte y que tendrías que tomar en cuenta antes de inscribirte en un reto de esta naturaleza.

Los retos despiertan la parte más competitiva de una persona, especialmente, porque en la mayoría de ellos hay premios en efectivo y, ¿a quién le caen mal unos miles de pesos? Pero, esto también mueve directamente tu percepción corporal, tu sensación de logro y tu auto valía.

La competencia saca a relucir “lo mejor” de ti solo si compites contra ti mismo/a desde una perspectiva compasiva hacia tu progreso, lo ves como algo que es paulatino a largo plazo y no viene desde el rechazo hacia tu cuerpo. Lamentablemente, la mayoría de las personas que se inscriben a retos, lo hacen porque no les gusta su cuerpo y quieren modificarlo a toda costa. Quieren hacerlo rápido y de manera radical, así que el reto es una excelente opción para ellos. Sin embargo, esta motivación implica que debajo hay muchísimo auto rechazo y la idea de “cuando me vea así, seré feliz”, “cuando baje tantas tallas, seré mejor” y no. Lo cierto es que tu valor como persona NO ESTÁ LIGADO A LAS “MEJORAS” que le hagas a tu cuerpo. Suena a cliché, pero vales por la persona que eres y no por un abdomen definido o unas nalgas envidiables.

Ahora bien, si el efecto psicológico del reto se quedara únicamente en aprender a disfrutar una vida más saludable, estaría genial. Pero no es así.

Muchas personas intentarán mantener ese ritmo y habrán despertado una parte obsesiva con respecto a la alimentación y a la apariencia física. Esto producirá que su relación con la comida sea desde la restricción: “no puedo comer eso”, “eso tiene mil calorías” o que incluso generen un sistema de compensación entre la comida y la actividad física como: “¿sabes cuánto voy a tener que correr mañana para quemar eso?” Esto que voy a decirte tal vez te parezca una locura, pero viene avalado por cada Nutriólogo con el que he trabajado: el ejercicio y la alimentación NO TIENEN QUE VER ENTRE SÍ de manera directa. Ambos son parte de un estilo de vida que nos ayuda a tener mejor salud, pero uno no debe ser consecuencia directa del otro porque, al final, no “pagas” lo que comes. No es como que el ejercicio “reste” las calorías o “queme” la comida. Sin embargo, la enorme desinformación que hay sobre la alimentación, hace que muchas personas crean esto y vivan matándose en el entrenamiento para compensar la culpa de haber comido. Tristemente, en muchas ocasiones, esto será el comienzo de un trastorno de la alimentación como la anorexia, la ortorexia o la bulimia.

Otra cuestión a considerar, es que tu autoestima estará constantemente sometida al estrés del logro. Es decir, si “estás logrando” cumplir el reto, te sentirás mejor contigo y si no, te vas a ponchar anímicamente porque, como lo dije arriba, los retos ponen en tela de juicio tu valor, tu determinación y tu disciplina. Esto no se queda ahí, es muy probable que el reto también saque una parte competitiva de ti que te lleve a juzgar a otros/as, su cuerpo y su actitud ante la vida. Y esto, te pondrá en un escalón de “superioridad moral” donde juzgarás a otros por comparación. Comparar es destruir, así que estar constantemente comparando tu cuerpo con el de otras personas es destruirte a ti y a otros. Es dar por hecho que todos tenemos la misma motivación de fondo y no es así.

Entonces, ¿son los retos una opción viable para iniciar un estilo de vida más saludable? Sí. Pero eso no es todo. Antes de inscribirte a una competencia donde el objetivo es bajar de peso o “mejorar tu cuerpo”, es importante que te preguntes cuál es tu motivación y si tu autoestima -autoestima no es igual a ego- está suficientemente estable como para soportar semanas de competencia, de comparación y de tener metas estandarizadas que pueden no ser alcanzables para todos.

Recuerda: El ejercicio es una celebración de lo que tu cuerpo puede hacer, no un castigo por lo que comiste.

Como siempre, estaré atenta a todos tus comentarios y preguntas vía Twitter. Me encuentras como @betzalcoatl.

¡Aprovecho para contarte que ya tengo podcast! Lo puedes encontrar en plataformas –YouTube, Spotify y iTunes– como Psicoterapia para Llevar.

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