26 de Abril del 2024

Los caprichos que condenan al Cruz Azul

Por Gustavo Delgado / /
Los caprichos que condenan al Cruz Azul
Foto: Central

 

En el fútbol de México siempre hay un equipo de moda que es el hazmerreír del aficionado, que siempre hace las cosas mal, que está en la polémica y condenado al fracaso. Sin embargo, desde hace más de 20 años, hay uno que, a pesar de las modas, se mantiene constante en su lugar de vergüenza: Cruz Azul.

La decisión de Ricardo Peláez es de aplaudir, en ningún momento se dejó manipular en su cargo de director deportivo y se salió hasta el final con la suya. La elección de La Máquina para dejarlo ir fue muy tonta. Era el hombre que le había regresado la ilusión al aficionado y que estaba cada vez más cerca de lograr el tan ansiado título de liga.

Peláez estaba reconstruyendo lo que los directivos habían derrumbado, todo proceso de reestructuración lleva su tiempo y, empero, entregó liguillas, finales y  campeonatos. Es absurdo pensar que su trabajo no los estaba llevando a ningún lado.

Me resulta increíble creer que, por un capricho, todo lo que se había avanzado, se esfumó. La dupla Mohamed-Peláez ya tenía antecedentes de ser exitosa, se le tenía que dar el voto de confianza, seguro que los resultados los iban a lograr.

Y, por favor, que no nos mientan: el dinero lo tenían.

Entiendo el enojo de la afición con el nombramiento de Siboldi, un club denominado grande no se puede permitir traer a un técnico que no logró una sola victoria con su equipo anterior. ¿Realmente creen que con Robert Dante van a conseguir algo?

Véanlo como quieran, Cruz Azul sale perdiendo en todas las situaciones posibles. Insisto, Peláez era el indicado: la afición y jugadores creían en él. Ahora, me duele decirlo por la historia del equipo, pero están más lejos que nunca de conseguir esa liga que tanto anhelan.

Se vienen tiempos de incertidumbre y desestabilización.

Soy de los románticos que creen que al equipo no se le puede dejar nunca y que se le tiene que ser fiel en todas las situaciones posibles, pero con más de 20 años sin campeonatos y con unos directivos que la parte deportiva no les importa en lo más mínimo, el aficionado azul tiene más que justificado bajarse del barco.

El Cruz Azul se está cayendo a pedazos.

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