El eterno América. Remontas al campeón en su casa cuando todos ya te daban por muerto. Remontas al Morelia en el Azteca cuando todos decían que te iban a meter un gol. Señores, si esto no es grandeza, no sé cómo se le pueda llamar.
Monterrey, dando cátedras de su fútbol. Con un Pizarro que luce intratable, siendo por mucho el mejor jugador de la liguilla. Un equipo mucho más regular, que sabe los momentos del juego y sacándole provecho a las fortalezas de su equipo.
Será interesante ver cómo plantean el partido ambos equipos, ya que, en sus duelos anteriores, no pensaron en el rival, sino que tanto Mohamed como Miguel Herrera gestionaron su plantel según lo que necesitaban y gracias al talento que manejan ambas plantillas, pudieron sacar las cosas adelante.
Una de las fortalezas que tiene América es que sus eliminatorias en todo momento le exigieron sacar lo mejor de cada uno de sus jugadores. Y, a pesar de estar en muchas ocasiones abajo, supo revertir la situación y llegar hasta la fase final del torneo.
La ventaja que le encuentro a los Rayados, es que ellos son los que irán a competir al Mundial de Clubes y no perderán en ningún momento el ritmo de juego, cosa que, en el fútbol, es algo que pesa y mucho, por lo que Monterrey deberá de jugar esa pieza a su favor.
En cuanto a la dirección técnica, me parece que Antonio Mohamed es un tipo más táctico que Miguel Herrera, aunque el cuadro del mexicano tiene una motivación extra que los del norte. Mucho dependerá de la actuación que tengan en Arabia.
En fin, la final más pareja y que al menos por nombre más espectáculo podía dar, está en la mesa. La capital contra el norte, una vez más mano a mano. Y ambos obligados a ganar, porque si no, es un fracaso más.
Al final, el fútbol mexicano es uno de los menos predecibles, pero si tuviera que elegir uno para campeón, el América ha demostrado que es un equipo histórico que está hecho para estas instancias.
El escudo y la afición, pesan.