26 de Abril del 2024

Al futbolista mexicano se le empieza a valorar (por fin)

Por Gustavo Delgado / /
Al futbolista mexicano se le empieza a valorar (por fin)
Foto: Central

El futbolista mexicano empieza a ser una realidad en el continente europeo, la actual generación de jugadores está asentando las bases para que en un futuro sea común exportar talento.

La capacidad del futbolista local nunca ha estado en duda, el problema es la mentalidad que manejamos como país. Giovani, Vela, Jona, gente de la vieja guardia que, a pesar de tener las cualidades, prefirieron estar en una zona de confort y nunca explotar sus habilidades en un nivel de mayor exigencia.

Pónganse en el lugar del presidente de un equipo de fútbol: para qué invertir tanto en un joven, si al final no podrá cargar con la presión y preferirá regresar a un lugar donde se sienta cómodo. No resulta redituable y sólo perderían tiempo y dinero.

Así es como se empezaron a crear estereotipos del futbolista nacional.

En pocas palabras: el fichaje de un jugador mexicano resultaba una moneda al aire.

Parecía ser un problema de nunca acabar, hasta que empezó el cambio generacional y apareció gente como Chucky Lozano, Raúl Jiménez, Javier Hernández y Edson Álvarez. Hombres con ambición y con la mentalidad firme de ser un ganador. Sabían que el talento no era suficiente, que tenían que trabajar, aguantar y ser constates.

Lozano: el traspaso más caro en la historia del Napoli: Debutó con un gol y provocando otro.

Raúl: adquirido por 35 millones de euros, es un referente y goleador en su actual equipo de la Premier. Fue fundamental para la clasificación en la Europa League.

Chicharito: con más de 10 años en el viejo continente, acaba de ser contratado por el Sevilla de España y llega como el ‘9’ goleador.

Edson: elegido para ser el sustituto de De Light y con las exigencias que el actual campeón holandés busca.

Se cansaron de ser los niños de secundaria que juegan contra los de sexto y sólo lo hacen por ganar dinero. Hoy, prefieren ser esos niños de primaria que tienen los tamaños suficientes para competir contra los de prepa y sobresalir.

Gracias a ellos, los grandes equipos empiezan a ver nuestra liga y buscan jóvenes con talento. Porque saben que el futbolista mexicano ya cambió el chip y tiene hambre de triunfo.

Soy un convencido de que, en un futuro cercano, será igual de común ver a un mexicano como a un brasileño o argentino: triunfando en las mejores ligas del mundo.

El talento lo hay, los pantalones y la mentalidad también.

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