19 de Abril del 2024

¿Y las noches mágicas?

Por Gustavo Delgado / /

Por el contexto de las semifinales, la final decepcionó.

Sin emoción, con miedo y con mucho juego táctico. 

Para el Liverpool iba a ser una tragedia si perdían dos finales seguidas; para el Tottenham, los nervios de jugar la primera de su historia. Esos dos factores son los que no permitieron el espectáculo en su máximo esplendor.

¿Por merecimiento? Pochettino lo explicó: las finales son para ganarlas, no para especular. Si bien los Spurs fueron superiores por ciertos lapsos del juego (específicamente en la recta final), no pudieron anotar, cosa que Origi y los de Anfield lo hicieron cuando necesitaban hacerlo.

Los Reds jugaron mejor la final contra el Real Madrid, pero el rival, la consolidación y Alisson Becker fueron los factores que hicieron cambiar el resultado con respecto a Kiev.

Me explico:

Rival: Con el juego presentado el sábado, ¿hubieran podido vencer al Madrid campeón de las ediciones pasadas? Lo dudo. Además, la inexperiencia del rival hizo más fácil la tarea.

Consolidación: Van Dijk es el más claro ejemplo, ya se postula como un candidato serio a ganar el Balón de Oro. Las ideas del genio Jürgen Klopp pudieron volverse ganadoras. Por cierto, hizo callar muchas bocas... Seis finales y como en los tiros de esquina: la séptima fue la vencida. 

Alisson Becker: El dinero se hizo presente. Se le cuestionó mucho (me incluyo), pero la noche de la final mostró por qué costó tanto. El jugador del partido, el más determinante de la noche. La diferencia entre una y otra, fueron los 70 ‘kilos’ que costó el guardameta. 

Seguramente es la ‘orejona’ más gris para el Liverpool (futbolísticamente hablando) aunque es la que los vuelve a meter en el ‘mapa’ europeo. Aquella que lo vuelve a convertir en uno de los más grandes del viejo continente. Y reitero, a pesar de las formas, hoy lo vuelven en el mejor equipo del mundo. 

En cuanto al Tottenham, consolidar el proyecto que está formando. Reforzar el equipo, tener capacidad de respuesta (cosa que no tuvo en la final) y, sobre todo, mantener a Mauricio Pochettino.

En fin, campeón es campeón y a ése, se le tiene que respetar. 

Anfiel y Liverpool volvieron a conquistar Europa.

Gracias, Andy:

Sí se puede. Ese fue el mensaje. El ‘gordito’ superó pronósticos y expectativas. Más allá de ser el primer mexicano en ganar un título mundial en los pesos pesados, nos hizo ver que si los tienes bien puestos, todo es posible.

Se cayó, levantó y venció. Indirectamente, nos dio un mensaje de vida.

Por cierto, ¿recuerdan cuando les dije que en México se necesitaba más que sólo ser campeón? Andy Ruiz: gustó, emocionó, ganó y convenció. Hizo sentir orgulloso a un país entero.

ANTERIORES