Berlanga y el colapso del Issstep

Cuando a Karen Berlanga le ofrecieron la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los poderes del Estado de Puebla, creyeron que no lo aceptaría.

La sorpresa fue que Berlanga —quien ya tenía en su contra mucha presión por venir de la administración morenovallista— aceptó el encargo que tendrá una de las tareas más difíciles por venir.

En 2011, el Congreso de Puebla aprobó una reforma a la Ley de Pensiones del Issstep, porque ya desde entonces el sistema se encontraba colapsado.

Entre los cambios se avaló incrementar a 13% la cuota que los burócratas estatales debían cubrir de forma mensual, mientras que el gobierno aportaría un 26%.

También se aumentaron a 30 los años de servicio que debían cubrir los trabajadores hombres para jubilarse y a 26 años en el caso de las mujeres.

En ese entonces, el panista Mario Riestra Piña, principal impulsor de la reforma, dijo que las modificaciones darían aire durante 25 años al Instituto, aunque aceptó que se trataba de solo un paliativo.

Hoy, que ya han pasado 8 años desde su aprobación, se dieron cuenta de que nuevamente el sistema de pensiones opera en números rojos y que la polémica reforma morenovallista no alcanzó ni para una década.

Así, al frente del Issstep, Karen Berlanga tiene la titánica tarea de resolver el colapso en el sistema de pensiones que conlleva además un alto costo político y social.

Los que crean que la exmorenovalista fue beneficiada con un gran puesto se equivocan, es uno de los más arriesgados en este momento porque los trabajadores se inconformaran, pues las medidas terminarán afectándolos de forma irremediable.

En 2011 cuando se discutía el análisis de la ley de Pensiones, se hablaba de que el mejor camino era pasar a cuentas individuales tipo afores, pero el costo era altísimo, se pensaba en al menos unos 10 mil millones de pesos.

Berlanga tendrá que presentar en los próximos meses un plan eficiente para dar otra vez aire al Issstep, ya sea con un incremento de cuotas, otra vez, o con un cambio completo en el sistema que podría ser incosteable para el gobierno estatal.