26 de Abril del 2024

La cacería que viene, empieza con JACH

Por Viridiana Lozano / /

Guiapara interior viri

El gobierno actual y la administración que viene de Luis Miguel Barbosa han comenzado a construir un fuerte discurso de ir por los actos de corrupción del morenovallismo: funcionarios, obras y contratos que se hicieron en la ilegalidad. 

Ya hace unos días, en sus entrevistas Barbosa comenzaba a dar pistas sobre lo que los morenovallistas llaman una "cacería". hizo declaraciones sobre la situación del CIS, del Museo Barroco y de las obras faraónicas, pero este martes las señales fueron más claras. 
 
En entrevista la contralora, Karen Berlanga, dijo que ya hay auditorías a exfuncionarios de las administraciones de Tony Gali y Rafael Moreno Valle, aunque no entró en detalles. Luego, Jorge Estefan Chidiac dijo que la Secretaría de Finanzas detectó transferencias extraordinarias por 20 mil millones de pesos que fueron "desperdiciadas en obras faraónicas". 
 
Antes, ya igual denunciaron el fracaso del Tren Ligero y los altos recursos que se erogan para el mantenimiento de RUTA. 
 
Pero una de las señales más claras sucedió hoy en el agarrón tuitero entre Gabriel Biestro y Jorge Aguilar Chedraui, exsecretario de Salud del gobierno de Rafael Moreno Valle. 
 
Es claro que Aguilar Chedraui se ve como uno de los blancos de Morena, no es una persecución es un acción fundada en una serie de corruptelas, de las cuales CENTRAL pudo documentar apenas una peque parte del saqueo. 
 
En 2017 documentamos que Jorge Aguilar creó un elaborado modus operandi par saquear las arcas gubernamentales a través de la Secretaría de Salud por 165 millones de pesos, el fraude consistía en pagar por la "rehabilitación" de unidades médicas, después derrumbarlas y volverlas a construir, por lo que no había manera de corroborar que esas rehabilitaciones se habían hecho. 
 
Pero la investigación contra Aguilar Chedraui hoy va mucho más allá, me dicen que hay documentados casos que podrían calificarse inhumanos como la simulación de la compra de garrafones de agua que solo se rellenaban con agua corriente de la calle y que fueron usados para hospitales. 
 
Algo peor, Aguilar Chedraui pudo haber ordenado quitar una pieza a los aparatos de quimioterapia para declararlos descompuesto y después contratar a una empresa fantasma para comprarle la pieza, que ellos tenían, y luego arreglarlos. 
 
Así, cientos de irregularidades unas más atroces que otras. 
 
¿Será JACH el Arango de la nueva administración?

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