Friday, 26 de April de 2024

¿Qué le pasó a Blanca Alcalá?

Por Zeus Munive / /

Fue la semana más negra para Alcalá. Negra, sí, Blanca, no. Negra. Muy Negra. 

¿Qué le pasó a Blanca Alcalá? Fue la pregunta que corrió por cafés y restaurantes donde van a acomodar sus enormes traseros periodistas y políticos. 

Primero se hizo acompañar en el templete como figura estelar para su registro de precandidata por el impresentable Mario Marín Torres, sí el mismo, el góber Precioso, el de las botellitas de cognac, el de los coscorrones a la vieja cabrona, el de las locas y las tortilleras. Ese, el del calor de las copas navideñas. Quien puso en evidencia cómo se usa el poder político pasando por encima del Legislativo y el poder Judicial para favorecer a su amigo Kamel Nacif, quien protegía a su haye, un libanés que se dedicaba a la pornografía infantil, Jean Succar Kuri. 

De ahí, la periodista Lydia Cacho la ligó a la defensa de Marín y dijo que Blanca Alcalá también actuó en su contra cuando fue detenida por la policía judicial marinista y le puso el sello en la frente: “Blanca es marinista”. 

Después, pasaron unas largas 38 horas cuando el equipo de comunicación social de la candidata priista determinó responderle de manera muy torpe a Lydia Cacho con algunos tuits desde la cuenta de Alcalá, de los que destaca la bonita e inteligentísima frase “yo a usted ni la conozco”. 

Mal y de malas. Pésima respuesta.  

Justo el martes, por la tarde Alcalá subía por un helicóptero y era grabada en un celular por uno de sus correligionarios y  el video enviado a grupos panistas, esto a dos días de que ella se autodenominara como de “los ciudadanos de a pie” y criticara la Puebla que es vista desde el helicóptero, en referencia al Agusta de Rafael Moreno Valle. 

El miércoles Lydia Cacho arremetía contra la candidata Blanca. En una entrevista concedida en la Ciudad de México  a Periódico Central detallaba cómo Alcalá participó en contra de la periodista cuando fue detenida en Cancún a finales de 2005 por la entonces Policía Judicial. 

El jueves, el empresario marinista Ricardo Urzúa se caía de otro helicóptero, pero este con las siglas PRI. No sería nombrado el nuevo presidente del tricolor, a pesar de que ya había mandado a hacer sus tarjetas de presentación. Ana Isabel Allende se mantenía en su lugar. 

El viernes de una manera muy timorata y tardía, Alcalá le enviaba una carta a Lydia (la cual tenía que haber elaborado desde el pasado lunes) y por fin, se deslindaba de Mario Marín y respondía a la acusación que había hecho la periodista Cacho. 

El sábado por la tarde, en Diario Cambio se adelantaba que el único pensante del búnker blanquista, Alejandro Armenta Mier, renunciaba a la coordinación de la campaña, y aunque el nombramiento aún no se oficializaba, en la práctica ya estaba operando como tal. Trascendió, señaló el rotativo en su versión de Internet, por diferencias irrecociliables. 

¿Qué le pasó a Blanca Alcalá? 

Hay quien jura y perjura un desorden en toda la estructura electoral. Y sí, pero algo que está claro y que está saliendo a flote es la división interna. 

Seguramente los panistas también la tienen, pero ellos no la han expuesto públicamente. 

Blanca, sí. 

Por primera vez, Alcalá jugará a ser candidata de a de veras y quizá por eso, la situación no le ha favorecido, porque aunque ha ganado en otras elecciones, nunca se había enfrentado a un sistema. 

Hasta el momento, le han incumplido, no le han bajado los recursos económicos para operar. Y ella, como es esperado, no quiere meterle de su dinero.  Y además en su contra tiene a una pésima operadora de medios que se anda peleando con el de comunicación social del PRI, Ismael Ríos. 

Nueva Alianza y el Partido del Trabajo no quisieron al priismo, pese a todo lo que se había especulado. El golpe de Nueva Alianza fue de gancho al hígado, porque el magisterio pesa muchísimo en un proceso electoral. El PT honestamente es como el Compromiso por Puebla o el PSI, ni hacen bien ni hacen mal.  

¿Y saben lo que realmente ocurre en el equipo priista?: soberbia. 

No han entendido que en el estado, los priistas son oposición. Piensan como López Zavala en el 2010 o como Enrique Agüera en el 2013. Sienten que traen el respaldo del Gobierno Federal y de Manlio Fabio Beltrones y de Emilio Gamboa, y sí, lo traen, pero los mentados no contienden. 

Blanca Alcalá está demostrando que no tiene liderazgo, que carece de dirección y que siempre que ha ganado un puesto de elección popular es más por las circunstancias que por sus propios medios. Su actitud dubitativa y por qué no decirlo así “Blanca” se pone de manifiesto en una contienda estatal. 

Faltan meses y puede aún tomar el mando de su barco que esta semana se le hizo agua. Puede dar la sorpresa, pero de continuar así y de no llamar a un verdadero equipo de asesores y armar un cuarto de guerra con objetivos y metas a cumplir, las cosas se le pueden poner negras a la candidata Blanca. 

Hasta el lunes de la semana pasada Alcalá y Gali iban en empate. Los errores serán los que definan la contienda si es que la priista no asume su papel de oposición y actúa en consecuencia.

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