Friday, 26 de April de 2024

Lo llamaron Mr. 4 por ciento

Por Zeus Munive / /

Juan Carlos Lastiri tiene todo… sí, todo, pero en su contra y también tiene todo para perder si es que juega la candidatura por el PRI en el 2018. Es alguien que no conecta con el ciudadano común, su porte de campesino holandés tampoco le favorece y carece de un buen asesor de campaña.

Recientemente en un portal de noticias local, apareció en una foto de Lastiri tirado sobre un brincolín (inflable para fiestas de niños). En la gráfica se le veía desaliñado, despeinado (con los pocos pelos que tiene pero despeinado), sucio. Eso sí, sonreía, carcajeaba, pero parecía que llevaba tres días bebiendo y apenas había salido de la cantina. Cualquiera pensaría que se había orinado en la francachela.

Su meta es el 2018, sin duda, pero ¿cómo ganar la gubernatura  cuando el PRI es la tercera fuerza política en Puebla?, según la encuesta más reciente de Mas Data que dirige José Zenteno. ¿Cómo ganar el estado poblano para el partido tricolor cuando la imagen de Enrique Peña Nieto está por los suelos y no hay nada que se pueda hacer al respecto?

¿Cómo? Sobre todo cuando Lastiri es un funcionario de alto nivel de un gobierno federal identificado con la corrupción y la estupidez. En todo México, un día sí y otro también, Peña Nieto es representado en todo tipo de chistes y memes en redes sociales. ¿Cómo hacerlo cuando sabemos que tenemos un presidente impresentable? Lastiri no puede usar su cargo público como una fortaleza, más bien es una gran debilidad.

Pero más allá de los factores del PRI y de su presidente, cómo enfrentar al nuevo electorado al que está pegado en redes sociales, el que ve porno y se masturba frente a su computadora, su tablet o su Ipad.

¿Qué es preferible: ver un tuit de Lastiri, su fanpage de Facebook o leer el último chisme de Taylor Swift? ¿Ver alguna frase compuesta en su time line o una foto con un grupo de campesinos de la Sierra Norte o buscar cuál serie recomiendan en Netflix?

El problema de Lastiri no es exclusivo de él. Es de la forma de hacer política del PRI. La sociedad rebasó a los partidos políticos. Vean lo que pasó con Blanca Alcalá: ella pensaba que con su discurso soso y dubitativo podría ganar electores. No, esto va más allá. No son los templetes, no son los discursos largos, no es ningún punto a favor decir que se ha trabajado en el servicio público porque los ciudadanos tenemos la idea preconcebida de que quienes trabajan en el gobierno solo se chingan la lana.

No es tampoco el decir: “porque me conoces” (Frase trillada muy priista).

Lastiri está creando muchas Asociaciones Civiles para bajarles recursos de la Sedatu, bueno es lo que ha trascendido. Esos recursos algunos (como usted ya pensó mal y le acertó) van de regreso y otros son para “convencer al electorado”. Tampoco sirve de mucho, porque en estos tiempos ya la compra de votos ya no es exclusiva del PRI y a la larga el dinero no siempre genera lealtades.

Lastiri está en instalado en su cuatro por ciento de preferencias electorales. Es el último en la fila del partido que está en tercer lugar de las preferencias electorales, no obstante, no sería extraño que a pesar de ser el peor posicionado termine obteniendo la nominación del PRI a gobernador en el 2018.

¿Hará una buena campaña?

Muchos no lo creemos, sobre todo si sigue promoviendo fotos en las que aparece saliendo de alguna cantina y aventándose sobre los brincolines. Además, si piensa seguir con su discurso de priista, menos.

O si piensa que solo por ser subsecretario y tener un montón de recursos públicos a su favor lo puede hacer.

El Señor 4 por ciento es la consecuencia de un priismo que se negó a crear cuadros y actúa como comparsa de sus opositores.

 

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