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Al abrir la prensa encuentras primero que el rector de la UDLAP, Luis Ernesto Derbez junto con un grupo de académicos presentaron un amparo contra el gobernador por posibles casos de persecución, tormento, amenazas y un largo etcétera.
Luego cambias la página, tres tristes yunques y profesores de la UPAEP, ligados a Eduardo Rivera Pérez son hostigados por parte de la administración estatal, según una denuncia pública hecha por una organización académica.
Hace casi un mes, ocurrió un desalojo de estudiantes del centro histórico en el que sospechosamente nunca se supo de manera oficial quién fue el responsable de la violencia contra los alumnos, aunque muchos voltean a ver, de manera discreta, sin perder las formas, al Fuerte de Loreto. Al cerro. Otros miran hacia la zona de La Paz. Unos ven hacia esos dos lados y prefieren agachar la cabeza.
Sigues atento. Ahora te sorprendes porque un portal que no es de Puebla, y en el que escriben con más faltas de ortografía que un estudiante de la primaria nocturna Gabino Barreda, presenta una presunta sentencia a favor de una empresa y en contra del periodista Alejandro Mondragón por daño moral. Le exigen la reparación del daño con 2 millones y medio de pesos.
Miras al cielo. Resoplas. Niegas con la cabeza. Recuerdas que hace un año, al otro día de que en el PAN nacional había ganado Gustavo Madero, se aprobó una Ley que atenta contra los manifestantes y se le conoce como Ley Bala.
Sigues rememorando y dos meses más tarde, un nueve de julio, es muerto como consecuencia de la Ley Bala un menor de nueve años ahí en Chalchihuapan. De ahí la historia del cohetón, las cabezas de marrano, el tripack de los medios, los periodistas aliados que no sirvieron para nada. Ni protegen y nomás cobran.
Regresas a tiempo presente. Por la tarde, ante la incertidumbre, te encuentras con que ya se sumó a la denuncia del periodista Mondragón, el portal Sendero de Peña (SDP, por sus siglas) y lo lees atentamente. Y ahora acusan al periodista poblano de haber recibido dinero del marinismo. (Esos marinistas son como el pituche), pero lo que te sorprende es que ya aparecieron los troles y los bots.
Perfiles con no más de 50 amigos en Facebook atacando en la sección de comentarios a Mondragón. Piensas ¿Cuánto cobrará el paquete para denostar a dos, tres personajes que tengo en la mira ahí en el SDP Noticias? ¿Y no que no representamos nada los periodistas locales, como se la han pasado diciendo desde el 2011 a la fecha? ¿Por qué tanta violencia?
Es el estilo personal de gobernar. Es el sello de la casa. Es amedrentar. Humillar. Es la psicología de un tirano. Se trata de que todos piensen igual. Que todos actúen con miedo. La intención es que nadie se salga del guión. Aquí no se trata de pensar. Ni de actuar. El gobierno piensa por ti. El gobierno te quiere, pero también te castiga.
Es como el gran hermano de 1984, la novela de George Orwell y nosotros somos como su protagonista Winston, aprendiendo a sumar dos más dos. Un gobierno único, con un partido único (PRI, PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, Compromiso por Puebla, PT y PANAL) y con medios de comunicación que son como el programa Sabadazo de Televisa.
No nos queda más que encogernos de hombros. Y aguantar. Mirar hacia delante como si no pasara nada. Sonreír en los actos públicos y resoplar. Esperar. Porque algo es cierto, si ya lo hicieron con ellos, puede ocurrir con nosotros.
Este día seguramente, tendremos más troles y bots. Nos atacarán a quienes no coincidimos con la línea institucional. Y no es que se trate de coincidir con el periodista, necesariamente, pero no se puede estar de acuerdo cuando se ataca a alguien del mismo oficio solo por ejercerlo, porque el personaje hace su chamba.
Aunque como dice un amigo, yo prefiero que me llenen de bots y de troles a que la justicia me persiga. Una justicia que, ya vimos, en este país, vale para pura madre.
Lo de Mondragón no es un hecho aislado. Es parte de una escalada para quitar los negros del arroz, lo que se sale de tono, lo que afecta a la buena imagen. A los que no coinciden con nuestro sistema, con nuestro feudo.
La pregunta es mirando más adelante: ¿Este modelo servirá en un país como México para el 2018 con lo adelantado que son las redes sociales?
PD. Comentario muy personal: no sé si sirva de algo, y aunque no me llevo con el periodista Mondragón ni me interesa llevarme, aún así mi solidaridad con él.
Son chingaderas de ya sabemos quién.