Friday, 03 de May de 2024

Crónicas marxianas

Domingo, 21 Junio 2015 23:05
Zeus Munive

O Blanca o Doger, o Doger o Blanca, no hay de otra

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En el 2016, al PRI realmente le quedan de dos sopas para recuperar el poder: o se la juega por Blanca Alcalá o se la juegan por Enrique Doger. Existe una tercera opción que es Alejandro Armenta Mier, pero esa hay que irla analizando poco a poco dado el tiempo que existe de aquí a las elecciones del próximo año.

En el caso del PAN no hay muchas opciones o es Tony Gali o es Tony Gali. El problema es que en ese partido sólo se ha construido un liderazgo, el del gobernador. Es, digamos de manera eufemística, un Primer Panista y los demás solo siguen ciegamente ese proyecto.

Lo cierto es que en este mes de junio nadie sabe a ciencia cierta que pasó en las recientes elecciones federales, pues el gobernador aumentó su activismo, vemos a varios candidatos perdedores como si nada hubiera ocurrido y el PRI está un poco a la expectativa, no dicen, no hacen, no declaran, pareciera que aún no les cae el veinte o viven su alegoría de la caverna y no se atreven a ver la luz.

Pero regresando al punto: o Blanca o Doger.

Si los priistas juegan a ganar en el 2016 deberían analizar que necesitan un personaje polémico que no se amedrente cuando le saquen sus expedientes para chantajearlo, que su cola no esté tan sucia y sobre todo que haga contraste y que ponga los puntos sobre las íes.

 No se necesita otro Enrique Agüera o un López Zavala.

 En ese juego de cartas, tendría que ser Enrique Doger y Blanca Alcalá para el 2018, puesto que la senadora no va a contrastar ni va a atacar ni al candidato del PAN ni al gobernador Moreno Valle. Hará una campaña blanca.

 Así como se perciben las cosas, el contendiente no sería el alcalde poblano, sino el gobernador del estado, por lo que se juega. Moreno Valle se juega mucho en ese proceso electoral, ya que de esto dependería mucho sus aspiraciones a Los Pinos.

 Tony Gali tampoco es alguien que confronte, así como Alcalá, no son personalidades que contrasten. La ventaja del presidente municipal es que es muy carismático. Un muy buen producto electoral, pero no atacará a sus contendientes. El trabajo sucio lo harán otros, como ocurrió en el 2013.

 Estamos a meses de que esto se defina. Los priistas no dan visos a qué juegan, si a ganar o a perder.

 Dentro de los atributos de Alcalá son sus números pues es quien encabeza las preferencias electorales. El problema es que en una contienda en donde el gobernador se meterá de lleno a operar ella difícilmente contrastaría o contestaría los ataques, por su personalidad. Podría generarse la imagen de un mártir, pero eso en estas condiciones no cuenta.

En los atributos de Doger no son los cuantitativos, sino los cualitativos. Se aventaría con todo para derrotar al actual sistema, a sabiendas que se enfrenta contra un Goliath.  Sus puntos en contra es que en su paso por la alcaldía dejó muchos heridos y algunos aún les cuesta creer en él.

 En ambos casos no jugarían con la misma cantidad de recursos con los que contará el alcalde poblano y las guerras, ya lo dijo Napoleón, se ganan con dinero, más dinero y con dinero.

 Alcalá es un buen perfil para el 2018, pero muchos priistas poblanos la están aventando para el 2016 para evitar riesgos. Si gana, ellos contenderán en un espacio más cómodo y con recursos estatales, dos años después. En cambio si pierde, la que pierde es ella y los priistas volverán a hacer negocios con el gobernador poblano el que se va y el que llega.

 He ahí la perversidad de los escenarios.

 ¿Qué querrá el CEN del PRI y por ende Gobernación Federal y la Presidencia de la República? ¿Ganar? ¿Perder? De ellos depende la última jugada y sabemos a qué quieren apostar.

 Una aclaración

La columna pasada escribí sobre el fraude que resultó el candidato del PAN por el distrito 12, Ángel Trauwitz, porque obtuvo en las elecciones internas casi 20 mil votos y en las elecciones constitucionales 27 mil sufragios.

 La aclaración es que en la elección interna votaron panistas y “ciudadanos”, en esa columna solo escribí que eran militantes.

 Lo que aún nadie puede entender es cómo es que en dos meses sólo obtuvo 7 mil sufragios más.  ¿Esos votos internos fueron reales? ¿Inflaron los números? ¿Compraron votos en la contienda interna? Por supuesto que en nunca lo vamos a saber.

 Lo que sí es un hecho, es que el candidato resultó un verdadero fraude. Él, sí. Su elección interna, muy dudosa.

 Hecha la aclaración.